La visita de Gabriela Mistral, la sala que quedó chica y su mensaje a las mujeres
La poetisa chilena, ganadora del Nobel, disertó y leyó poemas inéditos en la Facultad de Química de la UNL en marzo de 1938. Acudió tal cantidad de gente, que la mayor parte quedó afuera del auditorio. La poetisa, conmovida por las muestras de cariño, fue homenajeada por la Asociación del Magisterio y la Unión Argentina de Mujeres.
Archivo El Litoral Con motivo de la visita a Santa Fe, El Litoral se refirió a Mistral como una de las figuras de más vigorosos y originales relieves de la intelectualidad de Indoamérica .
Gabriela Mistral mantuvo una relación cariñosa con Argentina. Basta evocar su “Recado a Victoria Ocampo”, allí escribió el siguiente verso: “Por la Ley vieja de la Tierra; por lo que es, por lo que ha sido, por tu sangre y por la mía, ¡por Martín Fierro y el gran Cuyano y por Nuestro Señor Jesucristo!”. Durante una de sus visitas al país, entre sus destinos figuró la ciudad de Santa Fe. En la capital provincial brindó una conferencia en marzo de 1938 que tuvo enorme repercusión, leyó obras inéditas, se conmovió por el cariño del público, recibió homenajes y hasta dejó una misiva destinada a las mujeres.
Hemeroteca digital Castañeda / Archivo Diario El Orden D.R
Foto: Hemeroteca digital Castañeda / Archivo Diario El Orden
Ya en los días previos, los periódicos locales plasmaron el interés que había despertado la llegada de la poetisa, que todavía no había obtenido el premio Nobel, galardón que le fue conferido recién en 1945. El Litoral anunció la conferencia, organizada por el Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral bajo los siguientes términos: “nos hará el regalo de su palabra henchida de una emoción y de un pensamiento que reivindican para la condición humana sus títulos, maltrechos por la ola oscura que se abalanza sobre los horizontes de nuestro tiempo”.
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Foto: Hemeroteca Digital Castañeda / Archivo El Litoral
El Orden, por su parte, afirmó que “esta disertación es esperada con vivo interés en nuestros círculos culturales y sobre todo en los docentes, donde ha suscitado el arribo de la magistral cultora del verso lógica expectativa, recordando que Gabriela Mistral, desde una escuelita rural de Chile, mientras modelaba el corazón y el espíritu de los niños, elaboraba los cimientos de su incomparable obra poética”.
Mistral llegó en la mañana del 30 de marzo. En las horas previas a su presentación, un periodista de El Litoral la visitó en su alojamiento, donde la escritora lo recibió con “una deferencia y sencillez cautivadoras”. En la ocasión, estaba presente también Isolina de Samatán, coterránea y amiga de la autora, radicada en ese entonces en Santa Fe. En la entrevista, Mistral valoró especialmente la vida en el interior. “En provincias me siento, me he sentido siempre, a mi entero gusto. Durante mi estada en Francia y en otros países del Viejo y el Nuevo Mundo, buscaba a menudo el recogimiento de la vida provinciana para pasar mis vacaciones.
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Foto: Hemeroteca Digital Castañeda / Archivo El Litoral También se refirió a su visión del mundo de entonces, sobre todo de Europa. Las palabras de Mistral fueron, en cierto modo, proféticas ya que un año después estallaría la Segunda Guerra Mundial. “De las viejas tierras de Europa, donde he permanecido por espacio de varios años, traigo la impresión que es de imaginar. Las gentes de allá viven esquinadas, como se dice en mí país y en España, de las gentes separadas por recelos, incomprensiones u odios absurdos”. Un público extraordinario
La conferencia se realizó a partir de las 18.30 de aquel miércoles en el salón de actos de la Facultad de Química de la UNL. Y fue transmitida a través de LT10, la radio de esa casa de estudios. llevó por título “Poemas inéditos comentados” y generó tal interés que el público desbordó las instalaciones. “La concurrencia fue tan numerosa que dificultó, en cierto modo, la realización del acto”, consignó El Orden en su edición del 31 de marzo. “La sala resultó pequeña. Esto lo debió prever la institución organizadora y disponer que la disertación se realice en otro local”, apuntó el matutino. Esto hizo que la inmensa mayoría de los concurrentes no pudiera oír la conferencia. Debieron contentarse con esperar a la poetisa y regalarle una ovación durante su salida.
La autora leyó una serie de piezas de su autoría vinculados con la maternidad, el destierro y América. “Mi teoría de las canciones de cuna es muy contraria de la corriente. Cuando un crítico chileno me echó en cara que mis canciones de cuna ‘sobrepasaban el entendimiento infantil’, le contesté burla burlando que la canción de cuna ni aunque dijese solo ‘hijo, hijo’ podría ser entendida por el niñito de tres meses. Que la canción de cuna se hace para la madre y se la hace tierna, amorosa y aguda con el objeto de que ella reguste, de que paladee en verso su propio amor, su propio enternecimiento”.
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Foto: Hemeroteca digital Castañeda / Archivo Diario El Orden
Un mensaje a las mujeres
El 1° de abril, un día después de su disertación, Gabriela Mistral fue homenajeada por integrantes de la Asociación del Magisterio y de la filial santafesina de la Unión Argentina de Mujeres. El acto se realizó en una de las salas del Centro Español. Hubo lectura de poesías, un lunch y durante la sobremesa Mistral relató anécdotas de sus viajes. Por su expreso pedido, las flores que le fueron obsequiadas durante el agasajo, se repartieron al día siguiente entre las enfermas que recibían atención en el Hospital Iturraspe.
Luego de esta actividad, Mistral continuó su viaje en la ciudad de Rosario, pero antes confió a El Litoral la publicación de un mensaje dirigido a las mujeres santafesinas, en favor de los niños de España, en especial los vascos, que fueron evacuados durante la Guerra Civil de ese país. La misma se publicó el día 2 de abril. “No podemos, sin dejar de ser mujeres americanas, desentendernos de esa tragedia de nuestra propia carne”, dice la poetisa.
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Foto: Hemeroteca Digital Castañeda / Archivo El Litoral
“Es el dolor de todos los niños de España, región por región, aldea por aldea; pero es sobre todo el de los niños vascos, que han sido dispersados, soltados por el mundo, lanzados como quien dice a esa dura intemperie que es la extranjería. Han ido a Rusia, a Escandinavia, a Gran Bretaña y a Francia, a Bélgica, a todas partes menos a la América del Sur de su derecho natural, de su legítimo amparo”, dice la misiva.
“A ustedes, piadosas y rectas mujeres santafesinas, hermanas mías por muchos vínculos, pero desde ahora por la amistad de vista y tacto, por el conocimiento real, yo les entrego esta idea fácil de desarrollar y de realizar: la creación de las ‘madrinas’ de los niños españoles, de todos ellos”, destaca la carta en otro de sus párrafos. “Alguna vez el hispanoamericanismo, tema de discursos, desahogo o esnobismo literario, ha de cobrar un contorno verdadero y un bulto caliente de humanidad”, agrega.
Afecto sostenido
El amor de los argentinos en general y de los santafesinos en particular por la figura y la obra de Mistral se mantuvo hasta el final de la vida de la poetisa, que falleció el 10 de enero de 1957 a los 67 años. En una columna publicada por El Litoral el 20 de enero de 1957, Guillermo de Torre dejó constancia de ese afecto: “lo que predominaba en Gabriela Mistral era su humanidad desbordante, presta a verterse sobre todas las gentes y las causas menesterosas, en contraste con el egoísmo y la cerrazón de la mayoría. Su poesía, su vida misma eran así una donación permanente. Madre frustrada en la carne, se hacía un poco la madre espiritual de muchos”.
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Foto: Hemeroteca Digital Castañeda / Archivo El Litoral