Viviana Rivero, la forjadora de historias en tiempos turbulentos
La escritora cordobesa sitúa su última novela, “Una luz fuerte y brillante” en la guerra civil de Siria, en 2014. Al igual que en otros trabajos de su puño y letra, desarrolla una historia de amor que es puesta a prueba por las diferencias culturales y un contexto adverso. “Las guerras son muy interesantes para la pluma del escritor”, señaló en una entrevista la creadora, en 2010, del conocido libro “Secreto bien guardado”.
Gentileza Grupo Planeta A veces me preguntan qué tiene que tener una novela de especial para ser un best seller. Yo digo que tenemos una mirada común a mucha gente , indica Viviana Rivero.
En “Secreto bien guardado”, la novela que publicó en 2019 y se convirtió en best seller, la escritora cordobesa Viviana Rivero se preguntaba si el amor era capaz de triunfar por sobre el prejuicio. Para eso, recorría una trama con dos escenarios definidos, la Buenos Aires de 2008 cuando una joven llega de España y encuentra un manuscrito y el Hotel Edén, en la Falda, en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Una década más tarde, en “Una luz fuerte y brillante”, Rivero expande su universo y sitúa a sus personajes (el fotógrafo argentino Álvaro Sánchez y Salma, una mujer árabe) en la guerra civil que desangra a Siria en 2014. Los paradigmas de ambos se ponen en entredicho a partir de una historia que contiene amor, pero también odios, tabúes y deseos de superación ante el infortunio.
“El libro nace como consecuencia de un encuentro muy fuerte que tuve con una pareja joven, los dos profesionales, que huyeron de la guerra de Siria. Tengamos en cuenta que Argentina fue uno de los países que abrió las puertas para los refugiados de ese conflicto. Lo que me contaron era tremendo. La huida, como se vivía allá. Todo eso me impactó mucho. Tuve varios encuentros con ellos en los cuales hice grabaciones de lo que me contaban. Luego, en mi casa, lo fui desgrabando y tomando notas. A partir de ahí empecé a la investigación histórica que usé para el libro”, contó Rivero en una entrevista concedida a este medio.
Gentileza de la autora
Foto: Gentileza de la autora
Fuentes y fidelidad
-Cómo ocurre en otras de tus novelas, hay un contexto determinado en general convulsionado, que incide en los personajes y sus historias ¿De qué fuentes te nutrís para crear esos escenarios y momentos? ¿Siempre tratás de ser fiel a los hechos históricos?
-Siempre soy muy fiel a los hechos históricos. Jamás cambio la historia para que se adapte a mis personajes. Es la historia real la que me nutre para que ellos actúen. Lo sumerjo allí. En este caso, la pareja que había conocido tenía una historia personal más normal. Inventé una historia, pero usé todos esos datos. Me nutrí, en este caso, de las escuchas de todo lo que ellos relataron, de muchos libros que hablan sobre la historia de Siria y de varios documentales de la guerra. Me costó entender las causas, para después escribirlas. Cómo es que en Damasco no hay guerra y en Duma, a 30 kilómetros, si porque son ciudades que quedaron en manos de los rebeldes y son tierra de nadie. También mantuve una amplia comunicación con musulmanes. Para ser verosímil debía conocerlos muy bien, porque tienen conceptos distintos de la muerte, del sexo y de muchas otras cosas. Esas fueron las fuentes.
Motivaciones
-¿Cómo surgen los personajes que aparecen en tus novelas? ¿Son mera ficción o están inspirados en personas que existen?
-Salma y Álvaro son personajes creados. No tienen que ver con la vida personal de la pareja que conocí. Pero demandó también una investigación para poder entender cómo es la vida de un fotógrafo que cubre guerras. Qué los motiva, cuáles son los premios que ganan, qué buscan ellos, cómo viven, si vuelven después al periódico para llevar las fotos. La creación de Álvaro como fotógrafo llevó una búsqueda. Y también para Salma, que es una estudiante universitaria. Debí preguntarme cómo es allá, qué estudian, si realmente hay libertad para estudiar, si a las mujeres las casan por obligación. Estudié mucho eso, cómo es que los hombres se casan con varias mujeres, algo que cuesta mucho entender desde nuestra lógica occidental. Traté de contar todo eso en el libro. Me tomó mucho tiempo estudiarlo y entenderlo para poder así transmitirlo a los lectores.
Elegir y estudiar
-De alguna manera, desde “Secreto bien guardado” que transcurre en un escenario más cercano como es el hotel Edén, tu mirada se fue ampliando hacia otros espacios más lejanos y complejos. ¿Cómo se fue dando ese proceso?
-Desde la novela ambientada en el Hotel Edén, que trataba sobre la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, he pasado por algunas guerras a lo largo de los doce libros. Y también por otros escenarios que han sido complejos. Siempre escribo de lo que me gusta, no solo de lo que sé. Elijo lo que me gusta y después me pongo a estudiar mucho. En “El alma de las flores”, que ganó un premio en España, hablé de la Guerra Civil Española y tuve que aprender mucho para entender el contexto. Me interesan las guerras para escribir porque creo que los seres humanos viven cada día como si fuera el último. Eso es muy interesante. Hacen realmente lo que tienen ganas, no lo que los obligan o lo que creen que son sus responsabilidades. Las guerras son muy interesantes para la pluma del escritor.
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Foto: Gentileza Grupo Planeta
Miniserie
-¿Estás conforme con las adaptaciones a la pantalla que se han hecho de tus trabajos?
-Siempre uno queda con ganas de más, porque no todo lo que está en el libro suele ser puesto en el formato audiovisual. Es que a veces no se puede. Por ejemplo, “Secreto bien guardado” tiene un bombardeo en Alemania, que sería más caro para filmar que todos los capítulos de la miniserie. Pero, a veces, es el precio de poder verlo en una pantalla. Los lectores sufren, te lo hacen ver, te escriben para preguntar por qué no está tal cosa o tal otra. Pero uno se va adaptando porque quiere verlo en audiovisual.
Mirada esperanzadora
-Uno de los factores que hacen que el público se vuelque por tus novelas es la identificación con lo que le ocurre a los personajes, la universalidad de los conflictos ¿Lo sentís así?
-Creo que sí. Tiene que ver con una mirada de la vida que comparten el escritor y el lector. A veces me preguntan qué tiene que tener una novela de especial para ser un best seller. Yo digo que somos muy comunes, que tenemos una mirada común a mucha gente. Tal vez sea mi mirada, que suele ser muy esperanzadora en los libros más allá de las desgracias que a veces cuento. Esperanzadora sobre el género humano, sobre la manera de salir adelante en la adversidad. Entonces creo que es una mirada que comparte mucha gente, que se identifica, siente que piensa igual y le gusta el libro.
Gentileza de la autora
Foto: Gentileza de la autora
Autores que dejaron huellas
-¿Quiénes son tus referentes literarios?
-He tenido muchos en distintas épocas de la vida. A uno le gusta un autor durante algunos años, luego aparecen otros. Actualmente, me gusta mucho la española Almudena Grandes, la española. Otro referente que me marcó muchísimo fue Irène Némirovsky. Creo que fue la que me motivó a querer escribir. Me gustó y pensé: “Quiero escribir como esta mujer”. Me compré todos sus libros. Recuerdo que cuando empecé a escribir mi padre, que era escritor, me dijo: “No se puede ser escritor sin leer a Manuel Puig”. Me compré “Boquitas pintadas” y después toda su obra. Me encantó y durante años fue uno de mis escritores preferidos. Así he tenido distintos preferidos. Dostoievsky, por ejemplo, me encantó durante muchos años, cuando no era todavía escritora. Una escritora de novela histórica que es cordobesa y es muy buena es Cristina Bajo. En distintas épocas, distintos autores me han marcado.