Cada 26 de marzo se conmemora en el mundo el Día de la Prevención del Cáncer de Cérvix. Se trata de un tipo de tumor que se puede prevenir y que, detectado tempranamente, se puede curar.
La mayoría son mujeres jóvenes. Su desarrollo aumenta a partir de los 35 años, aunque su máximo riesgo es alrededor de los 50. Unas 1.800 mujeres fallecen al año en el país. Detectado tempranamente, se puede curar.
Cada 26 de marzo se conmemora en el mundo el Día de la Prevención del Cáncer de Cérvix. Se trata de un tipo de tumor que se puede prevenir y que, detectado tempranamente, se puede curar.
El cáncer de cuello uterino es un tumor maligno que se origina en la parte inferior del útero. Se produce por una infección persistente de un virus llamado “Virus del Papiloma Humano” (VPH) que habitualmente no da síntomas, demorando varios años en ocasionar problemas. Sin embargo, cuando es detectado en forma temprana, más del 90% de las mujeres se curan.
Unas 1.800 mujeres mueren por año en Argentina por esta enfermedad y, en Santa Fe, es la quinta causa de muerte por tumor en mujeres. La mayoría son jóvenes, ya que la probabilidad de desarrollar cáncer de cuello de útero aumenta a partir de los 35 años, siendo su máximo riesgo alrededor de los 50 años.
En Santa Fe se registraron 2.881 casos de lesiones de alto grado en el período comprendido entre los años 2009 y 2013, siendo el 88% de los casos en mujeres mayores de 30 años. La incidencia de cáncer de cuello uterino fue para el mismo período de 15.9 por 100.000 mil mujeres con una mortalidad de 5,1 por cien mil.
Cómo prevenirlo
La prevención del cáncer de cuello de útero comienza a los 11 años, momento en que niños y niñas deben recibir dos dosis de la vacuna contra el HPV. La vacuna es gratuita y obligatoria, y se encuentra disponible en los vacunatorios y Centros de Salud públicos de la provincia.
Si la mujer no entró en el plan de vacunación gratuito y obligatorio, a partir del tercer año del inicio en las relaciones sexuales, deben realizarse un control ginecológico con toma de Papanicolaou (PAP). Es muy importante que las embarazadas no falten al control con PAP, tan significativo como todos los controles prenatales.
La infección por HPV tiene un plazo de progreso, que detectado y tratado a tiempo no llega a instalarse. La historia natural de esta enfermedad dice que desde una lesión en el cuello uterino hasta que se produce la misma, hay una evolución aproximada de unos diez años. Es por esto que lo principal a la hora de prevenir estos tipos de cánceres es realizarse de manera oportuna los métodos de tamizaje indicados en cada momento de la vida.
La prevención del cáncer de cuello de útero comienza a los 11 años, momento en que niños y niñas deben recibir dos dosis de la vacuna contra el HPV, que es gratuita y obligatoria.