Un comercio de barrio 7 Jefes fue asaltado este martes, en horas de la siesta, por un solitario y audaz delincuente.
Ocurrió este martes, a plena luz del día. El joven detenido tiene 18 años y sustrajo dinero en efectivo de un kiosco ubicado sobre bulevar. La policía secuestró un revólver sin balas.
Un comercio de barrio 7 Jefes fue asaltado este martes, en horas de la siesta, por un solitario y audaz delincuente.
Según pudo reconstruirse luego, gracias a algunos testigos y las cámaras de vigilancia del local -ubicado en la esquina que forman el bulevar Gálvez y la calle Laprida-, el delincuente estudió el movimiento interno desde la vereda, simulando que hacía una llamada telefónica.
Cuando no quedó ningún cliente, el malviviente ingresó y le solicitó a la encargada del lugar que le cargue agua de la canilla en una botella. “Es muy habitual eso, viene mucha gente a pedirnos y nosotros siempre le damos”, explicó Jorge, el propietario.
“Me llamó la atención el reloj que tenía en su muñeca izquierda... era grande y de color blanco”, recordó la mujer.
Cuando la empleada se dio vuelta, el joven aprovechó y se arrojó sobre el mostrador para alcanzar una pila de billetes que habían quedado detrás de un exhibidor. En contados segundos, el ladrón salió corriendo en dirección hacia la laguna, con billetes por más de dos mil pesos en sus manos.
Alertados por los gritos de la víctima, algunos transeúntes fueron tras los pasos del muchacho y alcanzaron a ver cómo saltaba sobre una baranda para caer a la Setúbal, debajo del Puente Colgante.
Poco después, todo el lugar se llenó de patrulleros de distintas dependencias policiales, que además solicitaron el apoyo de personal de la Prefectura Naval Argentina.
Lo primero que encontraron los uniformados fue el arma de fuego, un revólver calibre 22 marca Bagual, sin municiones, y un reloj pulsera igual al descripto por la mujer. Estos elementos estaban apoyados sobre uno de los pilotes.
Minutos después, ya con la ayuda de una lancha de Prefectura, lograron encontrar al asaltante, que se ocultaba en una cueva con piso de arena, ubicada debajo del puente.
“Algunos vecinos nos dijeron que es un lugar donde habitualmente se refugian los delincuentes que actúan en esta zona”, señaló el comerciante.
El ladrón fue aprehendido y trasladado hasta la sede de la Seccional 3a, donde quedó alojado a disposición del Ministerio Público Fiscal.