Las playas del paraje Chaco Chico se convirtieron en tierra de nadie. Un espacio que debería poder disfrutarse en familia se ve violentado por decenas de vehículos que transitan a alta velocidad. Así lo señala Federico Miranda, integrante de la vecinal de “El Chaquito”. Esta organización de vecinos se fundó hace varios años justamente a partir de esta problemática: las picadas y el estado general de la playa, entre otras cuestiones.
“No estamos en contra de que los chicos que quieran disfrutar de este tipo de deportes lo hagan, pero no queremos que haya una pista clandestina”, destacan desde la vecinal. La circulación ilegal de vehículos por las costas no es nada nuevo, pero se agravó por el crecimiento urbano que atraviesa la zona. María Dolores Boned, vocal de la vecinal, señaló que si bien es verdad que la situación data de hace quizás un cuarto siglo, no existía en aquel entonces la densidad de población que habita hoy ese lugar.
El crecimiento demográfico y el cambio en la fisionomía del paraje, hacen que el tráfico descontrolado y a alta velocidad ponga en peligro la integridad física de los habitantes del lugar, y de todas aquellas personas que pretenden disfrutar de la playa, que hoy es un gran arenal sin ningún tipo de control del Estado.
Los vecinos presentaron notas y mantuvieron reuniones con los representantes de la Comuna de Monte Vera (a la que pertenece el paraje Chaco Chico). Miranda sostiene que “se comprometieron a habilitar un espacio específicamente para esto, y no se hizo”.
“Hablamos en muchísimas oportunidades con Pallero (Pte. comunal), nunca mandó un agente de tránsito. Ni una sola vez”. La responsabilidad recae sobre la comuna de Monte Vera, desde donde sostienen que no cuentan con el personal necesario para mandar a controlar. Esta ineficiencia comunal es un “llamador de desgracias”: “Día a día vemos incidentes, heridos, y pareciera que tenemos que esperar a que alguien pierda la vida para que se le dé al tema la importancia que tiene”, sostiene Boned.
El problema es cada vez peor. Ahora, además de los autoconvocados, se realizan picadas pautadas con día, horario y hasta sponsors, que son promovidas a través de las redes sociales en Internet. Una práctica que está prohibida y es sumamente peligrosa si se realiza sin los recaudos necesarios.
Desde la Comuna advierten que las picadas “son espontáneas e ilegales. No están legisladas ni cuentan con habilitación. Nos enteramos a través de las redes sociales, al igual que el resto de los vecinos”, explica la vicepresidenta comunal, Marta Fantón. El fin de semana “vamos a tomar los recaudos necesarios para evitar desbordes e impedir las actividades no legisladas”, agregó luego.
“Vamos a intervenir para evitar que haya consecuencias posteriores”, dijo Fantón, quien agregó que solicitarán un control policial y de vigilancia, desde la Comuna. Al tiempo que anticipó que este verano “la zona del Chaquito será muy demandada, sabemos que vienen de Santa Fe con cuatriciclos y debemos impedirlo”.
Más adelante, la funcionaria explicó que la Comuna deberá “salir al cruce” de este tipo de actividades clandestinas “con una legislación adecuada, estamos viendo las ordenanzas para regularlo”. Y finalizó: “Tenemos una comuna que ha crecido un montón en la demanda, pero no en la estructura orgánica”.
Vehículos sobre la playa en El Chaquito
Violencia, moneda corriente
Mientras tanto, los conflictos interpersonales se desatan cotidianamente pero nunca llegan a denunciarse. El vecinalista Miranda señala que el problema se inicia cuando “pasan al lado de las criaturas a altísima velocidad, los adultos a cargo de esos menores increpan a los conductores y se generan situaciones de tensión y violencia física”.
Pero las peleas entre vecinos y conductores no es la única práctica violenta que atraviesa esta situación. Para poder ingresar a la playa con los vehículos (motos, cuatriciclos y camionetas) se usa el terreno de una vecina para bajar. “Es un terreno privado al que le sustrajeron el portón de hierro. Los vecinos lo cercan con alambres y postes para impedir que circulen por ese lugar privado, pero no hay caso” señalan autoridades vecinales. “La comuna también se había comprometido a cerrarlo, aún no lo hizo”.
Esta práctica está penada por el Nuevo Código Civil y Comercial, que garantiza el respeto a los derechos individuales y los limita a que sean compatibles con los derechos de incidencia colectiva. Además destaca que no deben afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales y el paisaje, como ocurre en El Chaquito.
Al respecto, Boned señala que “hay muchísima contaminación auditiva, es impresionante. Se puede observar en videos grabados por vecinos”.