En una gran cantidad de sectores, las medidas de resguardo por el coronavirus generaron un cambio de prioridad en los trabajos. La cuarentena casi globalizada ha hecho mutar gran parte de las actividades cotidianas, aplazando o acelerando sus tiempos, con el fin de postergar la tasa de contagios. Por su implicancia directa, la élite de científicos mundiales ha modificado la dirección de sus esfuerzo hacia el desarrollo de una cura; pero, en mayor medida y hasta tanto eso no suceda, el ámbito de las ciencias aplicadas se encuentra dedicado a la detección de la presencia del virus.
En este escenario, dos investigadores del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec) de Conicet-UNL, Claudio Berli y Federico Schaumburg, han abandonado momentáneamente sus tareas para concentrarse en un nuevo proyecto. Los científicos santafesinos colaboran, junto a otros 18 especialistas, en el desarrollo de un sistema portable que permita el diagnóstico de forma rápida y sencilla el Covid-19, en base a una nueva tecnología llamada CRISPR que detecta el material genético del virus pandémico.
‘Trabajamos en colaboración con una empresa de Buenos Aires que se llama Caspr Biotech. Ellos tienen la tecnología para detectar el ARN viral, pero en laboratorios convencionales, requiriendo equipamientos sofisticado y personal entrenado. Nuestro aporte es buscar la manera de llevar esas reacciones a sistemas cada vez más miniaturizados, logrando que puedan ser portables”, explicó el doctor en Tecnología Química, Claudio Berli.
El aporte de Berli y Schaumburg al proyecto consiste en diseñar un dispositivo portátil que pueda examinar a los pacientes sin necesidad de llevar muestras a un laboratorio. “El objetivo final es llegar a un dispositivo muy pequeñito, lo más miniaturizado posible. Comúnmente es denominado como laboratorio en un chip, similar a los test de embarazo, donde se coloca la muestra y se obtiene un resultado”, explicó Berli.
Dada la urgencia a la que refiere la pandemia, los investigadores han acortado sus expectativas a un nivel intermedio. “Existen distintos niveles de aproximación donde se cuente con el equipamiento mínimo para hacer las reacciones. Al momento, estamos en una etapa intermedia, de un tamaño mayor al que nos proponemos. Tenemos grandes avances en el tamaño de lo que sería una valija o una computadora portátil. La idea es que el diagnóstico lo pueda realizar un usuario final que no esté nada entrenado, en un dispositivo pequeño miniaturizado, del tamaño de un teléfono celular o menos”, amplió.
Resolver con lo disponible
El objetivo que persiguen los santafesinos en su colaboración con el proyecto está relacionado con la disciplina en la que se desempeñan: La microfluídica. “Trabajamos en este campo hace muchos años, pero este es el primer desafío para un virus. Lo que ocurre es que atendemos la parte, si se puede decir, física, que sería el hardware, el instrumento; mientras, en este caso, la parte química la aporta una empresa o un laboratorio. Entonces, para nosotros, el desafío se trata de implementar procesos en un sistema miniaturizado, donde no difiere mucho de que sea una bacteria o un virus”, especificó el investigador de Intec
Sobre el tiempo estimado que les llevará la tarea, Berli sostuvo: “El concepto de armado es factible, pero entendiendo que estas cosas no son sólo diseño, existe una complicación adicional: se requiere de algunos componentes que ahora no están disponibles en el país. Así como falta alcohol en gel o barbijos, también faltan insumos básicos para este prototipo. Estas restricciones son otro gran desafío en el diseño de equipos portables, pues uno debe buscar resolver con lo disponible. Además, tiene que tener la aprobación de los organismos regulatorios, y eso también requiere una etapa preliminar. Ante la emergencia que nos está avasallando, estas exigencias se flexibilizan un poco para atender en urgencias; de todos modos, hay pasos obligatorios que cumplir”.
“El ensayo detecta ARN viral en muestras de saliva, que se toma por medio de un hisopo estéril, de acuerdo a los protocolos sanitarios actuales. El tiempo del ensayo es muy corto, de aproximadamente 60 minutos, lo que significa una clara ventaja en comparación con las detecciones de laboratorios referencia. Debido a la alta infecciosidad del coronavirus, el tiempo del proceso actual es más largo, de 24 a 48 horas, ya que involucra a los protocolos de toma de muestra, transporte, manipulación en condiciones de seguridad biológica, análisis y certificación de resultados”.
Complicaciones en el “testeo masivo”
¿Por qué no se testea de forma masiva en Argentina?. Una respuesta, que trasciende a los gobiernos e involucra a los científicos, se encontraría en torno a dos inconvenientes: la lentitud entre proceso/resultado y la disponibilidad de reactivos.
Sobre el alto nivel de fallas de algunas pruebas en España e Italia, Schaumburg explicó: “Lo que ocurrió fue que los test rápidos están basados en anticuerpos, detectando, por decirlo de algún modo, la respuesta del cuerpo humano a la presencia del virus. Esa respuesta toma unos días y por eso no pueden detectar la infección en estadíos tempranos. Además, los test arrojaban muchos falsos negativos. Esto es justo lo opuesto que se espera de un test de screening o monitoreo y por eso trajeron tantos problemas”.
Entendiendo que el coronavirus expuso el problema de la tardanza del diagnóstico molecular, los científicos santafesinos colaboran en Caspr Biotech para dar respuesta en estos dos sentidos. Según explicaron, la principal ventaja de los ensayos de screening descentralizados es “realizar ensayos preliminares en lugares de control, diversos y variados; y luego, lograr una barrera de screening, controlando los que son positivos o dudosos. Es decir, lograr que no todas las muestras tengan que ir a un solo lugar, saturando los centros de referencia”. Como segunda ventaja ubican que “la detección puede hacerse de manera muy temprana, incluso en paciente asintomáticos. Estas dos características marcan un gran contraste con los denominados test rápidos, de 10 minutos. Tales dispositivos no detectan ARN sino antígenos del virus, lo cual los hace bastante inespecíficos y no son confiables en los primeros días de la infección”.