Por Romina Santopietro | Revista Nosotros
Por Romina Santopietro | Revista Nosotros
¿Qué es el grooming? Es un delito. Es una nueva modalidad de violencia que se ejerce sobre las infancias, tipificado como abuso sexual sin contacto físico. Es un abuso digital. Se trata de la acción deliberada de un adulto de acosar sexualmente a un niño, niña o adolescente mediante el uso de Internet, a través de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos como redes sociales, páginas web, aplicaciones de mensajerías como whatsapp, etc.
Se refiere a situaciones en las que un adulto contacta a un menor de edad, a través de Internet, mediante la manipulación o el engaño, y ocultando su edad; logra que el niño o niña realicen acciones de índole sexual.
La palabra grooming deriva del verbo inglés groom, que se refiere a conductas de “acercamiento o preparación para un fin determinado”. Los datos que publicamos voluntariamente y los que publican terceros sobre nosotros dejan una huella -que difícilmente se puede borrar- y nos expone abiertamente. Muchos de nuestros datos circulan en el mundo virtual, pero sus consecuencias son absolutamente reales.
Los adultos que realizan grooming suelen generar un perfil falso en una red social, sala de chat, etc., en donde se hacen pasar por un chico o una chica, buscando generar una relación de confianza con el niño o niña a quien quieren acosar.
Por lo general, el adulto genera un perfil falso en el que afirma tener una edad similar a la del menor acosado. Allí busca ganar su confianza, averiguando previamente sus preferencias y gustos a través de los datos que encuentran en sus perfiles y redes sociales en internet.
Según indica el portal del Gobierno Argentina.gob.ar, los acosadores entablan así una supuesta amistad con los chicos. Esto generalmente incluye con frecuencia confesiones personales e íntimas entre el niño, niña o joven y el adulto. De esta forma empieza a consolidarse la confianza entre ellos. Utilizan el tiempo para fortalecer el vínculo. Este lapso varía según los casos: el acosador puede lograr su objetivo en una conversación, en meses o incluso en años.
El tiempo transcurrido hace que el niño, niña o adolescente se olvide o deje de tener presente que hay un desconocido del otro lado y pase a considerarlo un amigo. Los agresores incorporan el componente sexual. No hay que olvidar que el objetivo final de este acercamiento es de carácter sexual. Comienzan con el pedido de grabación de imágenes o toma de fotografías. En los casos más extremos empiezan a buscar un encuentro físico, valiéndose de la confianza generada o manipulando con la difusión de las imágenes obtenidas.
Los acosadores o groomers no solo utilizan todas las redes sociales en donde suelen encontrarse los niños y adolescentes como Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Tik Tok, y otras; sino que también se encuentran presentes en las plataformas de juegos en red en los que se interactúa en simultáneo a través de chats internos o grupales.
Para el director de Grooming Argentina, el abogado Hernán Navarro, “es importante que el mundo adulto se involucre, aprenda y se posicione en ese rol de adulto responsable, también, en materia digital”. Destacó que hace falta “repensar estrategias orientadas a la construcción de una ciudadanía digital responsable, fortalecer la convivencia digital, promover acciones de promoción y prevención, donde prevalezca la información, ya que una sociedad informada, es una sociedad protegida”.
Este es un fenómeno que afecta a adultos y menores desde antes de la situación de la cuarentena. Estamos conectados todo el tiempo, por trabajo o por ocio a través de redes sociales e internet. Y ya no existe un ámbito netamente privado, ya que a través de los teléfonos celulares, esta conexión masiva nos acompaña todo el tiempo.
“Vemos un incremento en la utilización de dispositivos móviles en los niños, niñas y adolescentes a edades cada vez más prematuras. Hasta el año pasado medíamos los 10 años como la edad media para tener un celular, y esto coincidía con la edad media mundial. Hoy a los 9 años un chico accede a su primer teléfono celular, o dispositivo móvil. Con la llegada de la pandemia y el distanciamiento social podemos hacer dos distinciones: en primer lugar, se pensó el distanciamiento social en términos físicos y no digitales. Y en un segundo punto, esta pandemia desnudó la deficiencia del sistema en materia digital, desde distintos matices. Nosotros reflexionamos sobre la materia educacional, porque es la que conocemos, porque también la cuaretena nos arrojó al mundo digital cuando algunos no conocen o tienen acceso a las herramientas. No estábamos preparados para sumergirnos en este sistema.
La hiperconectividad nos convierte a los menores en hipervulnerables. El uso y frecuencia de esta hiperconectividad se fue desplazando hasta invadir las horas del sueño. Y desde ahí se puede pensar también el impacto que tiene en la salud este fenómeno. Y todavía no llegamos al peligro de grooming”, resume Hernán Navarro.
Hoy ese es el delito más fácil de cometer porque los chicos están en su cuarto, con la tablet, el teléfono conectándose con un millón de personas, que algunas conocen y otras no. Y el acosador está todo el tiempo acechando a posibles víctimas.
A este tipo de delitos se tarda en detectarlos, porque la mayoría de las veces esto depende de que los menores comiencen con cambio de conducta evidente, porque sienten vergüenza, culpa y temor de contar que alguien los está extorsionando.
“Por eso es sumamente importante mantener un diálogo con nuestros hijos e hijas para concientizarlos sobre las violencias. Y remarco la palabra diálogo y no interrogatorio, porque el proceso del menor víctima de grooming y el del adulto responsable que toma conocimiento del hecho, son procesos opuestos: la víctima sufre miedo, vergüenza, culpa y revictimización, tiene que hacer un proceso madurativo para poder comunicarlo a aquella persona en la cual confía. Lleva tiempo. El adulto necesita canalizar su ansiedad en la obtención de información, porque no sabe hasta dónde llegó, qué fue lo que ocurrió, y al interrogar sin descanso, invade a la víctima y genera más tensión y miedo. Por eso el mensaje es siempre desde la contención y el respeto de los tiempos. Nunca ocupar el lugar de la víctima: ‘con todo lo que yo te di ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿cuántas veces te advertí sobre esto?’... Esto hace que los menores se cierren y no se avanza”.
A partir de ahí, es importante para avanzar en el resguardo de las evidencias para construir el caso probatorio, no hacerse pasar por las víctimas. “Porque se ve que los planteos de la defensa son que hay una persona adulta -los padres- hablando con otra persona adulta -el groomer-. Se trunca el proceso penal porque no hay víctima. Entonces lo que hay que hacer es cortar inmediatamente las comunicaciones y no seguir cediendo a las demandas de estos sujetos. Generalmente sigue exigiendo la entrega de imágenes ya sea para su consumo personal o para comercializar. Copiar las URL de los perfiles y realizar la denuncia PENAL. La denuncia no tiene que ser en la red social, que generalmente bloquea al usuario pero no lo lleva a la justicia”, explicó Navarro.
“Un error común que se comete es ponerse en contacto con el agresor y ahí se borra toda la prueba porque lo ponen en alerta: lo más importante es que se tomen captura de pantalla, no se tome más contacto (con el groomer) y se haga la denuncia correspondiente”, aconsejó Navarro.
El 13 de noviembre se conmemora en la Argentina el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming, ciberacoso o acoso de menores por Internet, de acuerdo a lo establecido por la ley 27.458, promulgada en octubre de 2018.
Esta fecha coincide con un nuevo aniversario de la ley 26.904, sancionada en 2013, donde se incorporó al código penal la figura de grooming y se establece la “pena con prisión de seis meses a cuatro años al que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos conectare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
Grooming Argentina fue fundada por Hernán Navarro en al año 2014 con el propósito de trabajar fundamentalmente sobre tres ejes basados en la prevención, concientización y erradicación del grooming en el país.
La ONG está conformada por un grupo interdisciplinario de profesionales destinado a tratar este flagelo que avanza de manera alarmante con el advenimiento de los medios sociales de comunicación y las nuevas tecnologías.
Grooming Argentina trabaja junto a organizaciones públicas y privadas, organismos de cooperación internacional, y diseña e implementa iniciativas que promueven el cumplimiento de los derechos de la niñez en el tratamiento de este delito. También colabora institucionalmente con UNICEF, Facebook, Instagram y Google.