A 20 años de los grandes logros de María Emilia Salerni
María Emilia Salerni fue noticia por sus victorias tenísticas. Retirada, es madre y trabaja en un local de ropa en San Francisco (Córdoba). Los recuerdos de la única campeona individual argentina, en mujeres y hombres, en Wimbledon.
Pasaron 20 años de su temporada más exitosa. Un 2000 que la tuvo como la mejor tenista junior del planeta. En el primer año del siglo, María Emilia Salerni (nacida en Rafaela el 14 de mayo de 1983) fue la mejor entre las juveniles a nivel mundial. El 8 de julio se quedó con el torneo de Wimbledon y el 10 de septiembre ganó el US Open. En Roland Garros, perdió la final. Con estos resultados sobresalientes, fue elegida la número 1 del mundo por la ITF (Federación Internacional de Tenis).
Retirada de la escena profesional desde 2009, María Emilia vive en San Francisco (Córdoba) con su marido y tres hijos. Uno de casi 8 años, una nena de 4 y el benjamín que cumplirá 2 en agosto. Es madre full time.
Salerni compartió unos minutos por teléfono con El Litoral para hablar sobre aquellos años de grandes resultados, su carrera deportiva y su actualidad: “Es increíble que hayan pasado 20 años. Pasaron demasiadas cosas en el medio. Recuerdo la final contra Tatiana Perebiynis, ucraniana. Eran esos días típicos donde se tenía que parar el partido varias veces. Recuerdo el festejo. En el match point cuando ella la tira afuera. La alegría, lo que me generó. El abrazo con mi hermana que estaba mirándome en el estadio, con mi entrenador Sergio Ledesma también. Son momentos imborrables que todavía quedan presentes”.
Gentileza La Pitu Salerni con su esposo y sus tres hijos. Con su familia está radicada en la ciudad de San Francisco.
La "Pitu" Salerni con su esposo y sus tres hijos. Con su familia está radicada en la ciudad de San Francisco.Foto: Gentileza
Aquel 2000 fue insuperable para la “Pitu” al ser finalista en París, campeona en Londres y Nueva York, y ser ratificada como la mejor en su categoría por la ITF. “Ése fue un gran año. Arranqué perdiendo la final de Roland Garros con dos match points (a favor). Gané Wimbledon. Después el objetivo era prepararnos para el US Open. Hubo todo un trabajo durante todo el año desde la pretemporada anterior ya pensando en ese objetivo y con un equipo atrás muy, pero muy bueno. Fue un año inolvidable”.
SALTO AL PROFESIONALISMO
Luego, en 2001, llegó el turno de dejar las competencias para juniors para dedicarse de lleno al campo profesional. María Emilia ya había debutado entre las pro en 1999. Entre las rentadas ganó 12 títulos como singlista y seis como doblista. Las lesiones y otros factores impidieron que llegue más alto compitiendo entre las mayores. El mejor ranking lo alcanzó en 2008 cuando fue la 65ª de la WTA. En dobles, su pico lo logró en 2002 en la 45ª posición. “No tuve una sola lesión, sino que fueron tres y la última fue una de las más graves. Que fue cuando después de un año y medio de intentar ahí decidí retirarme”, comentó.
“Lo que me dio haber terminado en el número 1 del mundo (en 2000) fue tener el acceso a torneos muy grandes. Empecé a codearme con un gran nivel de tenis, con chicas de mucho más años que yo y sobre todo con mucho peso a nivel tenístico. Eso hace que los resultados decaigan y uno baja un nivel de confianza. Eso pudo haber sido uno de los factores. Empezar a jugar mucha cantidad de torneos buenos y de no continuar jugando torneos que sirven para insertarse a nivel profesional y seguir sumando confianza, y seguir escalando en el ranking”, expresó Salerni.
La tenista rafaelina compitió en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Algo que quedó en su memoria. “Jugué por una invitación especial después de Wimbledon. Fue como un paso de amateur a profesional enorme. Uno lo vive diferente cuando uno empieza a codearse con figuras que por ahí llegaron a ser tus ídolos. Recuerdo los Juegos Olímpicos que fue un impacto bastante grande a nivel emocional”. María Emilia también se refirió a sus días de entrenamiento con Martina Hingis en 2001. “Estuve una semana entrenando con Hingis, que era la número 1 del mundo, en su casa en Suiza. La tenía ahí al lado. Era como demasiado para mí. Son cosas que me fueron marcando”, afirmó.
Compitió entre 1999 y 2009. “Fue una década de muy buen nivel y donde era mucho más común arrancar de muy joven. Yo a los 16 ya estaba jugando algunos torneos profesionales de inserción. Uno arranca mucho más joven y suma mucha cantidad de años y termina (la carrera) siendo joven”, dijo.
SU ROL COMO ENTRENADORA
A partir de 2010 se radicó en San Francisco con su esposo. “Mi novio y actual marido es de acá y él tenía todo ya armado. Era volver a empezar y armar una vida en una ciudad nueva. Igualmente no tuve mi primer hijo enseguida. Fue cuatro años después”, comentó.
Siguió relacionada con el tenis en la preparación de tenistas jóvenes: “Tuve la posibilidad de trabajar como entrenadora durante cuatro años en Freyre, a 30 kilómetros de San Francisco. Una experiencia buenísima a nivel formativo, me encantó trabajar con chicos. Después ya tenía al tercero (hijo) en camino y fue cuando dejé”. Hoy trabaja con su marido en un local de ropa. Su mejor alumna era Luna Morini, una chica de 17 años de Brinkmann (Córdoba). A Morini la sigue entrenando esporádicamente. El objetivo próximo para la juvenil es comenzar a jugar tenis a nivel universitario en Estados Unidos.
MENOS JUGADORAS
Consultada por la actualidad del tenis femenino argentino, Salerni respondió: “No estoy trabajando con la AAT (Asociación Argentina de Tenis). Sé que hay ex tenistas que están detrás invirtiendo tiempo y ayudando para que empiece a subir y haya más cantidad de nenas jugando. Con la cantidad se encuentra un poco más de calidad. Ha bajado mucho, sobre todo la cantidad (de jugadores). Factores económicos sobre todo”.