“Síndrome de Asperger: los más solos de la tierra”, se titula el ensayo de Silvia Susana Beltrán, que se convirtió este año en la obra ganadora del Premio Literario Municipal de Santa Fe. Tal como señala el veredicto, se trata de “un ensayo híbrido, que utiliza recursos propios del testimonio y la autoficción, en el que la experiencia personal y la observación directa son herramientas válidas para la construcción de conocimiento, aunque no de un conocimiento científico y aséptico, sino afectivo”.
La autora, que escribe teatro y narrativa y que ha publicado hace dos años su primera novela, titulada “Desalmada”, ha trabajado este escrito a partir de las experiencias personales transitadas con uno de sus hijos, diagnosticado con el Síndrome de Asperger. Pero lo une con los resultados de la extensa búsqueda que hizo para entender mejor esa condición. Su análisis acerca de esta soledad que atraviesa la vida de las personas afectadas por la problemática, se enlaza también con la denuncia de la discriminación que se ven forzadas a soportar.
Y señala que la posibilidad de llegar a gente que no conoce realmente el tema, y que maneja juicios equivocados: “sería lo mejor que me podría pasar, no sólo como escritora, sino como alguien que desea contribuir a un cambio social en este aspecto”.
✍️ PREMIO LITERARIO MUNICIPAL 📖 👩 Silvia Susana Beltrán ganó el primer premio del concurso con su ensayo “Síndrome de... Publicado por Santa Fe Capital en Sábado, 31 de octubre de 2020
-Entonces, en el fondo, tu ensayo trabaja sobre la soledad.
-Sí, ése es el tema específico que quise abordar. Lo que pasa es que para poder hacerlo, para poder hablar de la soledad que determina la vida de quienes tienen esta condición, es inevitable tratar toda la complejidad de lo que les sucede. Por esa razón tuve que considerar otros aspectos, aunque en realidad, haya sido la soledad de estas personas ese “foco” puntual que a mí me ha obsesionado. Tal vez porque a veces, la he detectado como absolutamente sufrida, otras veces resignada, otras como inevitable, otras…como “buscada”. No lo sé, pero es algo que a mí, como madre de alguien que tiene este diagnóstico, siempre me ha suscitado el interrogante de cómo hacer para modificar eso, o si hay que dejar que, simplemente, sea así, así como es. Suelo recordar a cierto psiquiatra canadiense, que tuve la posibilidad de leer hace muchos años, que decía que había que permitir que esta soledad existiera, sin intervenir para alterarla. Que los demás debemos aceptar que hay un aislamiento que, tal vez, no necesariamente está siendo padecido. Pero mis dudas al respecto no se han agotado, hasta ahora.
-Siguiendo esa línea, abordás también otros temas por ejemplo, la aceptación.
-Sí, y ha sido una suerte que el Certamen nos haya otorgado la libertad de poder elegir el tema, que se sabía que bien podía ser literario, o de las artes plásticas, o histórico, o político, o netamente psicosocial, como en este caso. Me ha dado la oportunidad de sumarle al trabajo algunas manifestaciones de denuncia que me debía a mí misma, y que atañen al sistema educativo, por ejemplo. Mis experiencias relatadas datan de más de 15 años y aunque las cosas han evolucionado mucho, la realidad es que siguen existiendo graves obstáculos a la inclusión. Pero a la vez, contradictoriamente, (y sólo en ciertos sectores sociales), hemos visto al Síndrome de Asperger convertirse, hace unos pocos años, hasta en una suerte de moda diagnóstica. Esto ha sido así a partir de la existencia de numerosas personalidades de la cultura y de la ciencia que han sido diagnosticadas con el Síndrome. Y creo que se debe al hecho de que se trata de un diagnóstico que preserva marcadamente la inteligencia, (porque exige que ésta sea de normal a más alta que la media) a lo cual se le suma, muchas veces, una buena porción de excentricismo.
Yo misma he encontrado páginas en internet publicando tests, obviamente sin ninguna seriedad, destinados a la autoevaluación de aquellos que manifestaban en las mismas páginas que querían “ser” Aspergers. El cine y la televisión han sido determinantes también. Todo el mundo conoce, por ejemplo, a Sheldon Cooper, ese personaje tan fascinante de la serie “The big bang Theory, que posee esta condición.
-La problemática está más presente.
-Sí, y eso es una suerte, aunque esa presencia surja, también y como dije, en determinados sectores de la sociedad, en la necesidad que algunos tienen ahora de ser “distintos”, de garantizarse en un diagnóstico un rasgo de snobismo. Pero nadie imagina lo que es transitar la escolarización y la vida de la infancia temprana con una persona que lo padece.
-Entonces lo que intentaste construir en el ensayo es, entonces, una visibilización, pero desde un rol muy puntual que es el tuyo como madre de alguien afectado.
-El texto está autoficcionado: hay cosas que aparecen relatadas tal como a mí me ocurrieron aunque sintetizadas, y otras que son mezclas de relatos ajenos. Porque yo participé mucho, en su momento, en Foros de Padres, y me asomé a situaciones muy íntimas que también conocí como abogada, porque durante años he asesorado a nivel legal a Asociaciones y Fundaciones que se dedican a la difusión de esta problemática. El trabajo está narrado en primera persona, y en él, yo le hablo a mi hijo, que de alguna manera es, a la vez, el hijo de todos. Lo planteé con ese recurso literario porque pienso que el vínculo con la madre es el que tiene más fuerza para comunicar la intimidad de situaciones de esta naturaleza.
Se ha escrito bastante sobre el Síndrome de Asperger, hay libros de Psicología, hay bastante material desde la Psiquiatría. Pero sabemos que no hay demasiado escrito desde la vivencia interna.
-Hay muchas miradas desde afuera, pero son muchas menos las que lo hacen desde adentro.
-Sí, claro. Mi trabajo es un ensayo y tiene, por eso, una fundamental arista científico-investigativa. El ensayo es un género amplio, que creo que demanda una estructura con un aspecto académico claramente involucrado, que yo quise manejar de manera que no terminara siendo un informe periodístico o una tesis de grado. Pienso que esa amplitud le puede permitir al escritor perfilarse también de una manera sensible, haciendo que el escrito sea más interesante para el que lo lee, menos fatigoso, menos denso. Es decir, todo lo que yo hubiera podido decir desde el punto de vista de la ciencia, para abundar, podría ser leído en Internet o en un libro. Pero siento que la versatilidad del género y los recursos elegidos, me han dado la gran excusa para escribir, sobre este tema, aquello que posiblemente, sólo pueda encontrarse en mis palabras.