Por Ignacio Pellizzón
Desde hace tiempo que los negocios de cercanía venían teniendo una suerte de repunte comercial tras un largo período de abandono impulsado por la llegada de grandes superficies comerciales como los shoppings. Sin embargo, un cambio generacional en la forma de consumir y un creciente éxodo de los negocios del clásico centro rosarino hacia nuevas arterias barriales fueron el puntapié inicial que provocó el inicio de una nueva forma de consumir.
La pandemia del coronavirus obligó a que se aceleraran muchos procesos en diversos sectores, entre ellos el hábito de consumo de las personas. La necesidad de moverse poco y sostener un distanciamiento con el resto, promovió que los negocios de cercanía -o barriales- se volvieran muy codiciados por dos motivos: mismas facilidades de pagos que en las tiendas del centro y del shopping, y la comodidad de estar ubicados a pocos metros de los hogares, tanto para la entrega por delivery como para el servicio take away.
Según una encuesta realizada por la firma Inmediata, la mayoría de los rosarinos cambió sus hábitos de consumo a partir de la pandemia, y pasó a comprar cerca de su casa. Entre las principales razones se destacan dos muy importantes: cuidar el bolsillo y cumplir con las restricciones sanitarias.
El relevamiento fue efectuado por la consultora entre los días 15 y 25 de junio a solicitud del concejal Justicialista, Eduardo Toniolli, para ser utilizado como insumo para la labor de la Comisión de Producción del cuerpo legislativo local.
Los números resultan llamativos: el 69% de los 397 encuestados cambió la forma en que realiza sus compras desde que comenzó la pandemia, y dentro de ese universo el 57% afirmó que ahora las efectúa en comercios cercanos a su casa. Si bien el 10% señaló haber adoptado internet como nueva herramienta para contactar al comercio en el que consumen, el 9% de las aplicaciones de delivery, y el 6% en Whatsapp, las nuevas tecnologías aún siguen siendo una opción secundaria en comparación a las compras presenciales.
Entre los motivos más esgrimidos para explicar los cambios de hábitos, los más mencionados fueron el económico (“para cuidar el bolsillo”) el 50,5%, para cumplir con las restricciones (39,6%), y para cuidar la salud (30,4%). Vale señalar que cada encuestado podía elegir varias opciones. Por último, el 64,7% de los encuestados declaró utilizar medios de pago digitales. Entre estos, el 75,1% utiliza tarjeta de débito, el 56% de crédito, el 36,2% Mercado Pago, y el 16% Billetera Santa Fe.
Para el titular de la Asociación Empresario de Rosario (AER) y vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Ricardo Diab, esto “no es casualidad”. Es que hace muchísimo tiempo que “desde CAME venimos trabajando y en Rosario también” para fortificar los centros comerciales a cielo abierto, contó a Mirador Provincial.
Por eso, desde AER tomaron la decisión de armar una feria con 25 centros comerciales de toda la ciudad. El objetivo es ir “poniéndolo en valor, capacitando, ayudar al vendedor a mejorar su negocio con cursos en marketing, entre tantas otras”. Diab señaló que actualmente se da “una democratización en el sistema financiero” porque, de alguna manera, en los barrios “también funcionan las tarjetas de crédito” al igual que en los shoppings. Por eso, “muchos comerciantes se fueron trasladando” a estos nuevos espacios comerciales que “cuentan con representantes, tienen nombres reconocidos y todo el mundo sabe que existen”, detalló.
Este proceso “lo acelera la pandemia”, indicó Diab y siguió: “El hecho de no movilizarse lejos se hizo uso y costumbre; luego, por una cuestión de sanidad, hubo muchas personas con temor a ir a otros sitios, con lo cual todas las compras masivas comenzaron a hacerlas en sus barrios y de esto dan cuenta las distribuidoras que tienen mayor demanda en los distritos que en los grandes centros comerciales”.
“Para nosotros no es una sorpresa, porque lo venimos advirtiendo hace tiempo. Todavía hace falta más trabajo. Tenemos muchos estudios realizados y buscamos en un plazo determinado alcanzar la digitalización de todos los comerciantes, porque todavía hay muchos que no accedieron al sistema. A su vez, invocar a que se armen como gerenciamientos de los centros comerciales a cielo abierto para que estén atentos a las nuevas propuestas y tendencias que vayan surgiendo para ir mejorando”.