Jorge Pavia | [email protected]
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Este sábado se celebró el Día de la Pachamama, un homenaje ancestral con el que los pueblos originarios de Latinoamérica rinden tributo a la Madre Tierra. Además de la tradicional caña con ruda, durante esta celebración se ofrece a la tierra, semillas de la región, bebidas, azúcar y sal (condimentos de la vida), hojas de coca y frutos naturales. Todo es arrojado a un pozo que luego de ser ‘ahumado’ se convierte en Apacheta -lugar de trabajo espiritual-.
En Venado Tuerto, la celebración del Día de la Pachamama se realizó en el espacio comunitario Manos a la Tierra, donde el sábado se juntaron voluntarios y vecinos para agradecerle a la Madre Tierra, rendirle homenaje y dedicarle una oración o deseo, en una ceremonia a la que además se sumaron autoridades municipales, como el intendente Leonel Chiarella; el concejal Juan Ignacio Pellegrini e integrantes del Gabinete.
El director de Vecinales, Facundo Rebasti, junto a la periodista Norma Migueles, fueron los encargados de guiar la celebración. A cada asistente se le entregó una maceta hecha con papel, sustrato generado por los voluntarios y semillas para cuidar en sus casas.
Manos a la Tierra es un centro comunitario que surgió hace tres años en un baldío de Pellegrini y Azcuénaga. Gracias a las gestiones de la Vecinal del barrio Centro II se pudo adaptar el terreno municipal, predio por donde continuaría calle Azcuénaga hasta Iturraspe. Es por ello que la disposición de los árboles más frondosos del lugar coincide con lo que serían las veredas, previendo en un futuro la apertura de la arteria.
Carlos Irusta es uno de los más de 30 voluntarios que, en grupos reducidos por la pandemia, acuden diariamente para mantener el lugar. En diálogo con Sur24, contó cómo es la organización del espacio y cómo sus acciones repercuten en los vecinos.
“El punto de partida fue un terreno baldío. Los vecinos se quejaban porque venían a tirar basura. La vecinal empezó por limpiarlo, se formó un grupo de voluntarios y empezamos a trabajar en la huerta. Con el apoyo de mucha gente experimentada logramos consolidar este espacio y trabajamos todos los días para abrir al público los fines de semana”, dijo.
Manos a la Tierra recibe a los venadenses todos los sábados de 10.30 a 12.30 y entrega bolsones para que los vecinos puedan sacar sus residuos. “También recolectamos las ecobotellas, además de plástico, papel, cartón, aluminio, vidrio, tergopol, etc. que mandamos a la planta de tratamiento, y tenemos una compostera para nutrir las plantas”, contó el voluntario.
Lo cultivado en la huerta se distribuye o se intercambia, porque “siempre viene bien alguna herramienta. Esto no tiene fines de lucro, sino de aprender, unir e intercambiar saberes”, subrayó Irusta.
Un dato esperanzador es la presencia de niños que, entre sonrisas y juegos, cultivan y aprenden la importancia de cuidar la naturaleza. “Los chicos vienen, les interesa, se divierten. En ellos hay que sembrar porque van a ser quienes nos van a ayudar a resolver el problema que tenemos de cuidado de la tierra y generación de residuos”, reflexionó el integrante de Manos a la Tierra.