Terminaron las vacaciones de invierno y en la provincia de Santa Fe volvieron las clases presenciales bajo la modalidad “burbuja”, una semana en la escuela, la siguiente desde la casa virtualmente.
Una psicóloga expuso en El Litoral las sensaciones que notó en estudiantes tras el regreso a la presencialidad. “Están cansados de tantos cambios”, dijo.
Terminaron las vacaciones de invierno y en la provincia de Santa Fe volvieron las clases presenciales bajo la modalidad “burbuja”, una semana en la escuela, la siguiente desde la casa virtualmente.
En Arriba Santa Fe (CyD Litoral) se consultó a la Licenciada en Psicología Susana Kuras Mauer sobre los constantes cambios de rutina y hábitos que están viviendo los jóvenes en materia de educación atravesada por la pandemia del Covid-19.
La profesional explicó que notó que hay ciertos estudiantes que “están reticentes de la vuelta a la escuela; casi como perdidos, cansados de tantos cambios. Este nivel de imprevisibilidad los tienen sin rumbo y en un estado de fatiga anímica”.
“Ellos no resisten tantas contradicciones, idas y vueltas”, alertó Mauer.
El cambio de ritmo escolar, la disminución de horas y ciertas alteraciones fruto de la pandemia incidieron en descubrimientos, que ellos mismos han hecho, “en general dicen, podemos trabajar mejor con menos chicos en la clase, no gusta lo de alternar cuando ir y cuando no. El panorama está bastante turbulento en relación a los adolescentes y la vida institucional, la vida académica”, resaltó la psicóloga.
Según la mirada de la profesional, este fenómeno se ve más en los adolescentes “porque ellos están viviendo muchas situaciones de cambio; cambio de humor, cambio físico, nuevos referentes, nueva dinámica en los grupos de amigos. Entonces, sobre todo el terremoto personal, agregarle estas inseguridades que despierta el clima de pandemia los complica mucho más”.
En relación a los chicos que están cursando los primeros años de la primaria, Mauer explicó que “están encontrando una escuela alterada, esto lleva a que la confianza y el sostén que necesitan los niños por parte de la institución, no la están tendiendo”
Por último la psicóloga explicó que el clima emocional necesario para disponerse a aprender es tanto o más importante que los contenidos que uno busca transmitir y enseñar. “Va a tardar mucho tiempo hasta que podamos recomponer un clima propicio para aprender y alojar a los chicos en la escuela con la confianza y la tranquilidad necesitan para crecer aprendiendo”, cerró.