Los efectos del cambio climático pueden empujar la migración de 17 millones de personas en América Latina hacia 2050, dentro de un total de 216 millones en todo el mundo, advirtió hoy el Banco Mundial, que, sin embargo, estima que la adopción de medidas fuertes sobre el tema puede corregir esa posibilidad en porcentajes importantes.
La escasez de agua, la disminución de la producción agrícola y el aumento del nivel del mar pueden provocar el desplazamiento de personas en verdad ya para 2030, alertó el BM, que tiene sede en Washington.
Según las predicciones, para 2050, África subsahariana podría tener hasta 86 millones de migrantes climáticos internos; Asia Oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; África del Norte, 19 millones; América Latina, 17 millones; y Europa del Este y Asia Central, 5 millones.
Los datos surgen de la actualización del informe Groundswell, publicado por primera vez en 2018, que entonces anticipó 143 millones de migrantes climáticos para África subsahariana, Asia meridional y América Latina.
Ahora, se agregaron otras tres regiones: Asia Oriental y el Pacífico, África del Norte y la región que comprende Europa Oriental y Asia Central, para proporcionar una "estimación global" de la escala de la migración potencial, explicó el vicepresidente de desarrollo sostenible del Banco Mundial, Juergen Voegele.
"Esta proyección no está grabada en piedra", porque “si los países comienzan ahora a reducir los gases de efecto invernadero, a cerrar las brechas de desarrollo, a restaurar ecosistemas vitales y ayudar a las personas a adaptarse, la migración climática interna podría reducirse hasta en un 80%, a 44 millones de personas para 2050", aclaró
Sin acciones decisivas, podría haber "puntos críticos" de migración climática que "surgirán tan pronto como en la próxima década y se intensificarán para el 2050, a medida que las personas abandonen los sitios donde ya no puede habitar y se dirijan a áreas que ofrecen oportunidades", enfatizó, según reportó la agencia AFP.
El pronóstico implica una advertencia porque esta tendencia podría tener implicaciones importantes para los países de acogida, que a menudo no están preparados para hacer frente a estos flujos migratorios.
"La trayectoria de la migración climática interna en el próximo medio siglo depende de nuestra acción colectiva sobre el cambio climático y el desarrollo en los próximos años", dijo Voegele, para quien "no todas las migraciones se pueden evitar".
Pero "si se gestionan bien, los cambios en la distribución de la población pueden ser parte de una estrategia de supervivencia eficaz, permitiendo a las personas salir de la pobreza y construir medios de vida resilientes".