Por Carlos Retamal
El ataque se produjo en una calle de barrio Larrea, cuando las víctimas estaban en un auto. La madre de la criatura está internada en gran estado. Una camioneta similar a la que usaron los homicidas fue incendiada a menos de 10 cuadras. En la casa donde residía la familia se encontraron armas y gran cantidad de droga.
Por Carlos Retamal
Dos muertos, entre ellos un bebé de un año; una mujer gravemente herida, que se debate entre la vida y la muerte; cuatro sicarios en una camioneta; casi 40 vainas servidas; un Audi plagado de impactos; el hallazgo de armas y drogas en la casa donde vivían las víctimas y una camioneta similar a la usada, incendiada. Parece el resumen de un capítulo de alguna serie de sicarios, narcos y violencia, pero no, es la realidad de lo que se vivió en Rosario en el atardecer del sábado 23 de abril.
El bonus track es el apellido del joven fallecido: Caminos. Era el sobrino de Roberto ‘Pimpi’ Caminos, otrora líder de la barra brava de Newell’s, que fue asesinado a tiros en marzo de 2010.
El nuevo capítulo de la ola de violencia rosarina comenzó pasadas las 19 del sábado, cuando un auto Audi A4 de color negro estaba estacionando sobre calle Colombia al 1300 bis, entre Schweitzer y Tobas, de barrio Larrea, detrás de la planta que la empresa La Virginia posee en la zona noroeste de Rosario.
En el interior del auto estaban Marcos Máximo Caminos, de 28 años; su pareja, Micaela B., de 26, quien tenía entre sus brazos al pequeño Ciro Caminos, de un año. Y en asiento trasero estaba otro hijo, de 6.
En un momento apareció una camioneta doble cabina, de la cual bajaron varias personas armadas que comenzaron a disparar contra el Audi.
El demencial ataque a tiros duró unos minutos que parecieron interminables. Cuando creyeron cumplida su tarea, los homicidas se subieron a la camioneta y huyeron a toda velocidad por calle Colombia y se cree que tomaron avenida Provincias Unidas.
A esa altura, varios vecinos de la zona habían llamado al 911 y denunciado el ataque, mientras que algunos comenzaron a asomarse tímidamente a ver que había sucedido. Los más osados fueron hasta el auto y vieron una imagen que seguramente les seguirá apareciendo en sueños.
Caminos, quien estaba en el asiento del conductor, tenía impactos en distintas partes del cuerpo y murió a los pocos minutos. Su pareja, sentada en el asiento del acompañante, estaba agarrada al niño y ambos tenían múltiples heridas, por lo que alguien los subió a un auto y los llevó hasta el hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde el niño, identificado como Ciro Caminos, de un año, llegó sin signos vitales y pese a las tareas de reanimación, falleció.
Su madre fue internada en el área de cuidados intensivos y antes de la medianoche fue operada por heridas de arma de fuego en la tráquea, tórax y en un hombro, entre otras. Quedó alojada en terapia intensiva, en gravísimo estado.
La escena
Personal del gabinete criminalístico y de la brigada de homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llegó al lugar y comenzó con los peritajes y la toma de testimonios, bajo las órdenes de la fiscal Georgina Pairola.
El auto estaba con el motor apagado, el cuerpo de su conductor en el asiento delantero izquierdo y una de sus puertas traseras abiertas. Por ese lugar salió un niño de 6 años, de nombre Bautista, hijo de la pareja, que de esa manera logró escapar del demencial ataque a tiros.
En Audi tenía 38 impactos de arma de fuego, en su mayoría en los laterales y vidrios del lado derecho. En la calle, los investigadores recogieron 38 vainas servidas calibre 9 milímetros, que fueron enviadas a peritar.
Personal médico constató el deceso de Marcos Caminos, producto de más de una docena de heridas de arma de fuego, quien tenía domicilio legal en José Ingenieros al 7900, a menos de un kilómetro al oeste de donde fue asesinado en el atardecer del sábado.
Vecinos de la zona dijeron a los investigadores que los atacantes fueron 4 personas de sexo masculinos que llegaron y bajaron de una chata y comenzaron a disparar contra el Audi. Y que luego se dieron a la fuga. Alrededor de las 22:45, personal de la AIC halló en inmediaciones de Génova y Cullen, de barrio Empalme Graneros, una camioneta incendiada de similares características a la utilizada en el hecho. Fuentes de la investigación indicaron a este diario que por las características, podría tratarse del mismo vehículo usado por los atacantes, que habrían querido ocultar todo tipo de pruebas y huellas incendiándola. La camioneta fue retirada del lugar para ser sometida a inspección y levantamiento de rastros.
En esa esquina, ubicada a tan solo 8 cuadras del lugar del doble crimen, dos sábados atrás fue atacado a tiros un auto en el cual iban dos jóvenes, una de las cuales murió esa misma jornada, mientras era atendida en el hospital Alberdi.
Allanamiento
Alrededor de las 23:15, con una orden judicial, se allanó una vivienda en calle Colombia al 1300 bis donde se presume vivían las víctimas. En el lugar, los policías encontraron material estupefaciente, teléfonos celulares, un revólver, una escopeta y municiones calibre 38, 11.25 y 9 milímetros, y también cartuchos de escopeta 12.70. Ante el hallazgo de la droga, llegaron al lugar agentes de la brigada de la dirección de narcocriminalidad de la AIC.
La fiscal Pairola solicitó el relevamiento de cámaras de seguridad públicas y privadas en la zona del hecho y que se realicen las autopsias de los fallecidos en el Instituto Médico Legal.
Ya son 25 los crímenes registrados en 23 días del mes de abril y 87 en lo que va del año en el departamento Rosario.
Caminos
Marcos Máximo Caminos era sobrino de Roberto ‘Pimpi’ Caminos, líder de la barrabrava de Newell’s, que estuvo vinculado a diversas causas, algunas relacionadas con el narcotráfico, que fue asesinado en marzo de 2010 en la puerta del bar Ezeiza, ubicado en la esquina de Servando Bayo y Zeballos, en barrio Bella Vista.
Tres años antes, en junio de 2007, Pimpi fue atacado a tiros en la puerta del céntrico bar Tokio, en un caso en el cual Caminos había visto las caras de los autores del atentado, pero no los denunció.
Si bien se lo vinculó con distintas balaceras, crímenes y hechos vinculados con el narcotráfico, Pimpi solamente recibió una condena –3 años de prisión en suspenso–, por el copamiento a la sede del club Newell’s Old Boys, ocurrida en enero de 2009, cuando un grupo ingresó y provocó destrozos, disparos e intimidaciones al personal del club, en lo que se interpretó como un hecho de amedrentamiento contra las nuevas autoridades, tras la derrota de Eduardo López en las elecciones de diciembre de 2008, tras estar 14 años al frente de la institución del Parque Independencia.