DyN/Télam
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, recibió anoche en la Casa de Gobierno a los familiares de Silvia Suppo, víctima y testigo en causas contra represores de la dictadura y asesinada a puñaladas a fines de marzo pasado en la ciudad de Rafaela.
El hermano de Silvia, Hugo Suppo, y el hijo de la víctima, Andrés Destéfani, transmitieron al jefe de Gabinete sus sospechas sobre el crimen de Silvia que, en principio, fue considerado como un episodio policial.
“Nosotros estamos seguros de que esto nunca fue un robo común, sino un homicidio político por el carácter de testigo que tenía mi mamá”, señaló Destéfani a Télam, luego del encuentro con el jefe de Gabinete, del que participó brevemente la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Suppo fue una de las testigos que declaró en el juicio en el que fueron condenados el año pasado, el ex juez federal Víctor Hermes Brusa y los ex policías Mario Facino; Juan Calixto Perizzotti, Eduardo Ramos, Héctor Colombini y María Eva Aebi.
La otra causa
Actualmente, en el Juzgado Federal N° 1 hay otra causa en la que Suppo era testigo, puesto que se investiga su secuestro, junto con su hermano Hugo y su pareja Jorge Destéfani; además de la desaparición de Reinaldo Hattemer, consumada en enero de 1977.
Pero el 29 de marzo pasado, la mujer fue asesinada de varias puñaladas en su negocio “Siempre cuero”, ubicada en pleno centro de Rafaela. La Policía santafesina consideró el episodio como un homicidio en ocasión de robo pero la familia duda y supone que se trató de una venganza.
Suppo había sido secuestrada por algunos de los acusados en el reciente juicio por violaciones a los Derechos Humanos, en marzo de 1977, y durante su cautiverio fue violada y como quedó embarazada, sus captores le practicaron un aborto.
Dudas planteadas
Hugo Suppo, doctor en Historia radicado temporalmente en Francia, dijo tener “muchísimas dudas sobre el asesinato de Silvia porque hay muchas cosas contradictorias y pruebas que faltan”.
“Nosotros creemos que la investigación fue direccionada para que confirme una sola hipótesis. Primero hay que ver si los asesinos fueron estos dos sujetos que están acusados y luego, hay que ver cuál fue el móvil”, dijo en diálogo con LT10.
Suppo, quien fue secuestrado junto a su hermana en mayo de 1977 y escapó de sus captores desde el hospital Piloto, también expresó sus dudas por el accionar policial.
“Es muy raro que sin testigos del asesinato, unas horas después ya teníamos identificados a los victimarios. Es extraño que en este caso la policía haya actuado con tanta competencia, cuando hay asesinatos que nunca se resuelven”, agregó.
Luego, mencionó indicios que pueden avalar la hipótesis de un crimen político, entre ellos que “Silvia recibió amenazas telefónicas”.
“En octubre pasado ella me mandó un mail donde me manifestaba su preocupación porque habían robado el coche de una funcionaria de Derechos Humanos. Silvia tenía miedo porque cuando encontraron el coche había papeles con amenazas hacia ella”, contó Suppo.