Hoy es el Día Nacional del Trabajador Social. El trabajo social es una disciplina académica con título de grado que promueve el desarrollo y la cohesión social mediante un conjunto de herramientas y acciones socioeducativas para luchar contra la desigualdad e impulsar el desarrollo de las personas en situación de vulnerabilidad.
El respeto por la diversidad, por los pueblos originarios y la justicia social son solo algunos de los pilares de los trabajadores, asistentes o servidores sociales, quienes antiguamente en la Argentina observaban el 2 de julio como fecha para celebrar su vocación.
Sin embargo, desde 2012 los trabajadores sociales de todo el país conmemoran su compromiso con la profesión el 10 de diciembre, que coincide con el Día Universal de los Derechos Humanos.
Las razones del cambio de fecha, como fundamentaron desde la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social, son elementales: la antigua celebración tenía un origen religioso que no era conducente con los actuales principios de la profesión, ya que había sido propuesta en 1961 por la asistente social Marta Ezcurra, miembro de la Unión Católica Internacional de Servicio Social, para homenajear el Día de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel.
Esta fecha había sido ratificada en el III Encuentro Nacional de Asociaciones de Asistentes Sociales, realizado en agosto de 1979 en Santiago del Estero, hasta que el 14 de abril de 2012 la FAAPSS emitió la resolución 1/12 por la cual modificaba la conmemoración para el 10 de diciembre, ya que la anterior «no representaba al conjunto de trabajadores sociales del país».
¿En qué consiste la labor de un Trabajador Social?
Un Trabajador Social es el profesional de acción social que se dedica a articular los recursos sociales disponibles para ayudar al bienestar de la persona y a la atención y prevención de cualquier carencia o dificultad que pueda presentarse en un determinado grupo social, persona o familia con la que vive.
Además, el Trabajador social es una figura que orienta, informa y ayuda de una forma psicosocial a personas o familias que estén en una situación de violencia, desorganización, o ante pérdidas de origen económico como un trabajo o una vivienda. También, se encarga de minimizar las dificultades que puedan presentar ciertos grupos de personas para integrarse socialmente, tal como sucede con marginados, personas con disminución física o psíquica, en distintos grados, o inmigrantes.
Para realizar estas importantes acciones sociales, el Trabajador o Trabajadora Social debe recoger todas las demandas de estas personas para realizar un estudio objetivo de la situación en la que se encuentran. De este modo, establece el plan más adecuado de intervención para mejorar la situación de los individuos.