Abuelas de Plaza de Mayo despidió este miércoles a su integrante Alba Lanzillotto, quien murió a los 94 años, y destacaron su "papel protagónico" en la organización de derechos humanos.
Oriunda de La Rioja, se formó como educadora en Letras y estaba casada con José Humberto Pereyra, también profesor y poeta. Se trató de la primera tía en formar parte de la comisión directiva.
Abuelas de Plaza de Mayo despidió este miércoles a su integrante Alba Lanzillotto, quien murió a los 94 años, y destacaron su "papel protagónico" en la organización de derechos humanos.
"Hoy es un día triste. A los 94 años, murió Alba Lanzillotto, histórica integrante de Abuelas de Plaza de Mayo". Así reza la carta de despedida que la organización de derechos humanos le dedicó a una de sus integrantes, que destacaron su rol activo en la lucha contra los crímenes perpetuados durante la última dictadura militar. "Alba tuvo un papel protagónico en nuestra institución", añade el sentido y extenso escrito.
Oriunda de La Rioja, Alba se formó como educadora en Letras y estaba casada con José Humberto Pereyra, también profesor y poeta. Descripta como "militante y solidaria", se trató de la primera tía en forma parte de la comisión directiva de las Abuelas.
Durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976- 1983) impulsado por las Fuerzas Armadas de la Argentina, fue detenida y sus dos hermanas mellizas -María Cristina y Ana María- desaparecidas, ambas pertenecientes al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Como Ana María estaba embarazada de 8 meses, tuvo a su hijo en cautiverio, por quien Alba luchó cuatro décadas hasta encontrarlo y devolverle su historia. El 3 de octubre de 2016, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó la identificación de Maximiliano Menna Lanzillotto, quien logró restituir su nombre y solicitó en un primer momento conocer a su tía.
"¡Tanto espere este abrazo! ¡Qué lindo tenerte en casa!", fueron por entonces las palabras de Alba, mientras se abrazaba con su sobrino recuperado (que fue nombrado nieto 121).
Sus compañeras de Abuelas recordaron que, durante todo ese período de búsqueda por Maximiliano, Alba se mantuvo comprometida y feliz por la aparición de los otros nietos y nietas.
"Cuando se encuentra a un nieto es como si recuperásemos el propio eran sus palabras", solía decir. Además de repasar su lucha, le dedicaron en un último adiós: "Te vamos a extrañar Alba. Queda el amor que sembraste con tu profunda vocación de maestra luchadora. ¡Hasta la victoria, siempre!".