"Adolescencia" es una miniserie británica de drama criminal estrenada en Netflix el 13 de marzo.
La reciente producción británica se hizo viral en las redes sociales y abrió un debate en la sociedad sobre las incumbencias del mundo virtual en los adolescentes.
La trama sigue a Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado del asesinato de su compañera de clase, Katie. A lo largo de la serie, se exploran las circunstancias que rodean el crimen, así como las dinámicas familiares, sociales y psicológicas que influyen en los jóvenes.
Temas como la presión académica, la identidad, la salud mental y la influencia de las redes sociales son centrales en la narrativa.
La serie ha recibido elogios por las actuaciones y su enfoque realista y crudo. A su vez, también ha generado debates públicos sobre la exposición de los adolescentes a diversos contenidos en las redes sociales y su impacto en el comportamiento juvenil.
Luciano Zocola, Psicólogo clínico y educacional (MN 1515) dialogó con El Litoral sobre las cuestiones que aborda la producción de Netflix.
“En primera instancia, me parece muy interesante lo que la serie trata de transmitir, de cómo las redes sociales y las comunidades que existen en línea pueden influir de sobre manera o impactar sobre las acciones que puedan tener los los jóvenes hoy en día”, expresó.
-Lo que sucede en la serie, ¿Podría pasar en la realidad?
-No es algo lineal, en donde por una persona que pueda verse expuesta a estos grupos, decida realizar acciones concretas. Dependerá mucho del interjuego de distintos factores, como el entorno y la personalidad. No son necesariamente las comunidades online o cualquier grupo que promueva algo que sea perjudicial para las personas o para uno mismo lo que va a incidir directamente sobre el individuo, sino los recursos que tiene y cómo se vincula con esos contenidos.
-¿Cómo las dinámicas familiares influyen en los adolescentes?
-La participación de la familia es muy importante en esta etapa, principalmente en la adolescencia temprana. Los padres siguen siendo modelos de conductas en cómo afrontar los problemas y también cómo resolverlos. El desafío está en acompañarlos mientras ellos van superando las distintas tareas evolutivas y desafíos que deben afrontar en en esta etapa, que es cada vez más extensa.
La serie trae a la superficie nuevos términos que están presentes en los entornos virtuales y que los adolescentes toman tanto para caracterizarse a sí mismos como para describir a sus pares, muchas veces, de manera violenta y ejerciendo bullying.
Algunos de ellos son:
-¿Estás familiarizado con los términos que se utilizan en la serie?
-Sí, principalmente por las series como esta que aparecen. No suelo ver estas clasificaciones habitualmente en el trabajo clínico. Si bien se pueden describir algunos fenómenos, no son tan definidos con estos nombres. Sin embargo, son conceptos que se pueden encontrar en internet fácilmente.
-¿Cómo entran estos discursos en la mente adolescente?
-Los adolescentes, y también muchos adultos, son influenciables por referentes o grupos de personas que enseñan o promueven distintas formas de cómo vivir la vida, cómo ser uno mismo y cuáles deben ser los valores a seguir. En la adolescencia sucede que son más vulnerables, porque al no tener totalmente desarrollado un pensamiento crítico y al no saber que existen otras posibilidades de vivir la vida, quizás toman con más relevancia lo que estos grupos puedan decir.
-¿Cuáles son los peligros de que los jóvenes estén inmersos y consuman contenidos que refuercen estas cuestiones?
-El problema mayor es que los consuman sin un análisis crítico. Es decir que, al ver estas propuestas, perciban la realidad de una forma distorsionada, segmentada o radicalizada, y que por ende eso afecte sus emociones, sentimientos y sus conductas en consecuencia.
-¿Cómo, desde el circulo familiar, se puede intervenir en estos casos?
-Lo esencial está en brindar tiempo de calidad a nuestros jóvenes. Muchas veces, sucede algo que para los chicos resulta relevante y muy importante, y no suele ser comunicado de forma espontánea hasta que se vuelve un problema urgente. Así los adultos terminan realizando conductas de asistencia o tratando de reparar los daños, en lugar prevenir estas situaciones y asesorar antes de que los chicos se puedan meter en algún tipo de problema o riesgo.
-¿Qué sugerencias podrías dar?
-Podemos fomentar el diálogo, primero escuchando y consultando realmente con una curiosidad genuina de cómo son estos fenómenos, cuándo suceden y cómo los afectan a ellos. En segunda instancia, promover el pensamiento crítico, que es una tarea esencial. A su vez, es fundamental poder establecer límites, pero para eso primero deben existir normas, que generalmente con los adolescentes tienen que ser pocas, claras y preestablecidas. Ser un buen modelo de conducta es muy importante también.
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