Este domingo a las 9.30 hora Vaticano, se realizará la ceremonia de canonización de la primera santa argentina de la historia: María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como Mamá Antula. Y esto será gracias a que las pericias de la Santa Sede confirmaron que la beata había obrado un milagro sobre la vida de un hombre de Santa Cruz, Claudio Perusini, en el Hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe, donde se encontraba internado en un coma irreversible producto de un accidente cerebro vascular.
Durante semanas sus allegados habían rezado a esta misionera jesuítica pidiendo el improbable milagro, que finalmente ocurrió semanas después de su internación.
En octubre pasado se confirmó que Mamá Antula sería canonizada, y hace algunas semanas Claudio Perusini recibió el aviso por parte del padre Ernesto Giobando que ya había fecha para la ceremonia, y que estaba invitado junto a su familia a ser parte.
Es un evento histórico por ser la primera santa argentina, canonizada por un Papa argentino, que contará con la presencia de la persona sobre la que se obró el milagro (casi siempre se canoniza luego de años del milagro ocurrido), y que contará también con el presidente de los argentinos Javier Milei.
Unos minutos antes del embarque desde el Aeropuerto de Ezeiza hacia Roma, la esposa de Claudio, María Laura brindó una entrevista a Mirador para compartir cómo están viviendo el momento.
- ¿Cómo sienten este momento, y qué esperan vivir en el Vaticano junto al Papa argentino y el presidente Milei?
- Estamos sorprendidos y conmovidos por todo lo que significa. Nos cuesta poner en palabras porque las emociones son muchas. No esperábamos que la canonización saliera tan rápido.
Fue una verdadera sorpresa porque conocemos los milagros que los santos hicieron en la historia católica, y siempre fueron hace tiempo, sobre gente que ya está fallecida. Nos atraviesa muy fuertemente pensar que fue por un milagro hecho sobre Claudio.
El hecho de rezar e invocar a los santos es el punto de partida y de llegada de un cristiano. Y que vos seas la causa de un milagro, es muy difícil de comprender con la inteligencia y la razón humanas. Hay que ser muy humildes, agradecer y aceptarlo.
Apenas nos avisó el padre Giovaldo, nos abrazamos y nos pusimos a llorar porque no lo podíamos creer. No lo esperábamos en este tiempo tan inmediato. Somos unos bendecidos por poder presenciar este hecho en vida.
- Fue justamente el padre Giovaldo quien en 2017 visitó a Claudio cuando estaba tan grave, y les dijo a ustedes que rezaran a Mamá Antula por un milagro.
-Sí. Porque su camino religioso lo llevó a trabajar en la Santa Casa de Antula en Buenos Aires, donde se fue interiorizando sobre ella, quien estaba muy ligada a los jesuitas. Cuando lees la vida de ella te sorprendés, si ubicas el contexto de aquel tiempo en que ella vivió y las cosas que logró.
Cuando Claudio estaba en coma, Giovaldo vino a verme y me preguntó si conocía a esta beata. Yo le dije que no la había escuchado nombrar, pero le empezamos a rezar todos. Así comenzó el camino al milagro.
-En unos días van a experimentar la canonización de la primera santa de la historia para el país, que será llevado a cabo por el Papa argentino, y donde participará también el presidente Javier Milei. ¿Qué sienten sobre todas estas coincidencias?
-Ambos sentimos emoción y agradecimiento a Dios, pero también pensamos que es todo un mensaje para los argentinos, para que nos unamos por este país. Nos llenamos de discusiones mientras hay que trabajar juntos para levantar el país.
Entendemos que hay que aceptar que podemos pensar distinto y eso no significa que el otro es un enemigo. Es un signo que hay que leer: tanto que vaya el presidente como que el Papa lo reciba.
Los santos nos acercan a Dios a través de conocer la vida que ellos llevaron, para imitar el sentido de esa vida. Para qué estaban y qué hacían. Mamá Antula justamente buscó unir a los patriotas que se acercaron a la Santa Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires, y también era un ejemplo de unidad porque se vinculaban con ella mujeres criollas, mulatas y españolas.
Queremos que los argentinos aprovechemos a leer este momento histórico en clave de fe y de argentinidad.
-Claudio conocía a Jorge Bergoglio de muy joven, cuando pensaba ser seminarista, y ustedes pudieron visitarlo en su función en el Vaticano hace unos años. ¿Piensan que en esta oportunidad van a dialogar en persona con el papa Francisco, o con el presidente Milei?
—Sinceramente, no sabemos nada, porque desconocemos cómo va a ser el protocolo de la ceremonia. Ojalá que se dé el encuentro. Tenemos esperanza de que sí, pero otros deciden.
Si bien ya estuvimos en Roma estudiando y cerca del Papa, este viaje es totalmente distinto.
La historia de la beata santiagueña que ahora será la santa argentina
María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en Santiago del Estero, donde estudió el camino religioso del cristianismo jesuita, conocida como Mamá Antula.
En 1767 los jesuitas fueron expulsados del país por el rey Carlos III de España. La cristiana, al observar el vacío social y espiritual que dejó el destierro de esta congregación, caminó miles de kilómetros desde Santiago hasta Buenos Aires a través de varias provincias, y al llegar allí comenzó a construir la Santa Casa de Ejercicios Espirituales (hoy Museo de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales “Sor María Antonia de la Paz y Figueroa”) para desde allí continuar el trabajo de los jesuitas.
Según registra la historia, la mujer en vida realizaba milagros: multiplicaba la comida, aparecía en dos lugares al mismo tiempo y tenía dones de curación. Cuando tenía enfermedades y quemaduras, se sanaba a sí misma de manera milagrosa. Murió en 1799, a los 69 años.
Más de un siglo después, sucedió el primer hecho que le atribuyen como milagro a esta santiagueña, cuando en 1905 la religiosa Rosa Vanina, del instituto de las Hijas del Divino Salvador, recuperó su salud aun con un pronóstico desalentador.
En 2010, Benedicto XVI decidió beatificar a Mamá Antula, al considerarla "venerable" tras reconocer que "practicó las virtudes cristianas en grado heróico".
Y en 2016 Francisco aprobó el hecho milagroso, que luego se celebró en una ceremonia de beatificación en su provincia de origen, Santiago del Estero.
El milagro que la eleva a Santa este domingo, y la lleva a hacer historia al convertirse en la primera canonizada argentina, fue el de Claudio Perusini, docente oriundo de Santa Cruz internado en estado de coma en la ciudad de Santa Fe en 2017, quien sin explicación médica, varias semanas después despertó y comenzó su mejoría.
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