Lunes 31.1.2022
/Última actualización 16:31
Los astrónomos han investigado por primera vez distintas capas atmosféricas del exoplaneta WASP-189b, uno de los más extremos jamás descubiertos, y al observar sus composiciones y características químicas notaron una intrigante similitud con la de la Tierra.
En el pasado, los astrónomos suponían que las atmósferas de los exoplanetas existían como una capa uniforme y trataban de estudiarlo como tal, pero los resultados de los investigadores de la Universidad de Lund en Suecia han demostrado que incluso las atmósferas de los planetas gaseosos gigantes intensamente irradiados tienen estructuras tridimensionales complejas y en algunos casos hasta similitudes con la Tierra.
"Medimos la luz proveniente de la estrella anfitriona del planeta y que atraviesa la atmósfera. Los gases en su atmósfera absorben parte de la luz de las estrellas, de manera similar a la capa de ozono, por lo tanto, dejan su característica 'huella digital', explicó la astrónoma y coautora del estudio Bibiana Prinoth.
Con la ayuda de HARPS, un buscador de planetas de velocidad radial de alta precisión en el Observatorio La Silla de ESO, los astrónomos lograron identificar las sustancias correspondientes de la atmósfera de WASP-189b y descubrieron que está llena de nubes de hierro, titanio, cromo, magnesio, vanadio y manganeso gaseosos.
Según el estudio publicado en Nature, los investigadores también encontraron rastros de óxido de titanio, que nunca antes se había detectado de manera concluyente en una atmósfera exoplanetaria y su presencia podría estar ayudando a dar forma a la atmósfera de WASP-189b.
"El óxido de titanio absorbe la radiación de onda corta, como la radiación ultravioleta. Por lo tanto, su detección podría indicar una capa en la atmósfera de WASP-189b que interactúa con la radiación estelar de manera similar a como lo hace la capa de ozono en la Tierra", señaló el astrofísico Kevin Heng de la Universidad de Berna.
Los astrofísicos dividieron la luz detectada en el espectro completo del exoplaneta y buscaron líneas más brillantes o más oscuras, ya que estos indican que algo está amplificando o absorbiendo esas longitudes de onda, a lo que llaman líneas de emisión o absorción. Pero las líneas de absorción de WASP-189b no estaban exactamente donde los investigadores esperaban que estuvieran.
"Creemos que los fuertes vientos y otros procesos podrían generar estas alteraciones. Y debido a que las 'huellas dactilares' de diferentes gases se alteraron de diferentes maneras, esto puede indicar que existen en diferentes capas, de manera similar las 'huellas dactilares' del vapor de agua y el ozono en la Tierra se verían alteradas de manera diferente desde la distancia, porque en su mayoría ocurren en diferentes capas atmosféricas", explicó Bibiana Prinoth.
Los investigadores están convencidos de que este hallazgo tiene relevancia para la búsqueda de vida y representa un nuevo hito en el sondeo de atmósferas exoplanetarias, que es donde es más probable que se detecten signos de vida extraterrestre.
WASP-189b es miembro de uno de los subconjuntos de exoplanetas más intrigantes denominados 'Júpiter calientes', mundos lejanos del sistema solar, que se caracterizan por ser gigantes gaseosos como Júpiter. Este exoplaneta se encuentra a unos 322 años luz de distancia, tiene aproximadamente 1,6 veces el tamaño de Júpiter y orbita su estrella en un período vertiginoso de 2,7 días. Esa estrella es joven y caliente, lo que significa que las temperaturas de la superficie de WASP-189b alcanzan los 3.200 grados Celsius en su lado diurno, lo que hace que el planeta sea más caliente que algunas estrellas e inhabitable para los humanos.