Por muchos años, en Argentina se celebró el Día de la Raza cada 12 de octubre para visibilizar la llegada de Cristóbal Colón a América. Aquel “encuentro de culturas” que se aprendió de los libros de la escuela marginó la presencia de negros, indios y mulatos. Sin mencionar la matanza que vivieron los habitantes originarios por sus tierras y oro. “Sin embargo, esta historia estuvo escrita desde el comienzo desde la perspectiva europea y tuvo como objetivo ocultar la violencia de la conquista, del mismo modo que legitimar la acción de los conquistadores”, explica la profesora de historia Albana Sgroppo.
La versión de que Colón descubrió un nuevo continente comenzó a cambiar su sentido, dado que estas tierras siempre existieron. Además contaban con unas 80 millones de personas, las cuales tenían sus sistemas políticos, económicos y sociales desarrollados. Se argumentaba que todas las "razas" se habían fundido en una sola, pero al mismo tiempo se sostenía que esa fusión había dado como resultado una nueva que era blanca-europea.
En 2011, un decreto presidencial modificó la denominación de “Día de la Raza” por “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”. La decisión generó un cambio en el paradigma para aportar reconocimiento a aquellas etnias y culturas originarias que fueron formando la identidad de los argentinos. Y también para afirmar los derechos de los pueblos originarios.