Flakka es uno de los variados estimulantes sintéticos, a menudo denominados “sales de baño”, que se ofrecen en el mercado y pertenece a la clase de catinonas sintéticas.
Se puede inhalar, inyectar o fumar. Fue una epidemia en el estado de Florida en 2015. En 2017 ya se estaba difundiendo en América Latina y hoy es un gran problema en las zonas de escasos recursos.
Flakka es uno de los variados estimulantes sintéticos, a menudo denominados “sales de baño”, que se ofrecen en el mercado y pertenece a la clase de catinonas sintéticas.
Una pequeña dosis de esta droga, elaborada principalmente en el este de Asia, causa serios efectos a largo plazo en el organismo y quienes la consumen tienen conductas erráticas, parecen zombies, tienen alucinaciones horrorosas, se causan autolesiones graves y se han documentado incluso episodios de canibalismo. Pero, quizás, lo más grave, es que tiene un alto índice de mortalidad entre quienes la consumen.
“Es muy difícil controlar la dosis exacta [de flakka]”, dijo Jim Hall, epidemiólogo de abuso de drogas de la Universidad Nova Southeastern en Fort Lauderdale, Florida, a CNN en 2015 “Solo un pequeño error en la cantidad que se consume puede ser la diferencia entre drogarse y morir. Es así de crítico”.
Las alarmas se encendieron en el estado de Florida cuando extraños episodios comenzaron a acumularse: un hombre en el sur de Florida derribó las puertas de vidrio de un departamento de policía tratando de protegerse de huracanes imaginarios; una niña en Melbourne, corrió por la calle gritando que era Satanás, otro se empaló en una estaca de una reja de seguridad tratando de huir de asesinos inexistentes. Todos estos casos tenían un factor común: habían consumido Flakka.
Las catinonas sintéticas son estimulantes del sistema nervioso central y están diseñadas para imitar efectos similares a los producidos por otras drogas como la cocaína, metanfetamina y MDMA (éxtasis).
Esta sustancia se comercializa a menudo como sales de baño, productos químicos de investigación, alimento vegetal, limpiavidrios y son etiquetados como no aptas para el consumo humano, para eludir la aplicación de las leyes antinarcóticas de cada país. De esta forma se oculta el verdadero uso de la droga.
Actualmente se distribuye principalmente en Europa, en Estados Unidos, Australia y otras partes del mundo.
Otros nombres con los que se comercializa son: Felicidad, Seda Azul, Nube Nueve, Zángano, Energía-1, Ola de Marfil, Ola lunar, Miau Miau, Explosión del océano, Marfil puro, Ola púrpura, Paloma roja, Leopardo de nieve, Polvo de estrellas, Vanilla Sky, Paloma blanca, Caballero blanco y Rayo blanco.
Efectos adversos o tóxicos asociados con el abuso de catinonas
A pesar de que, quienes usan esta droga con fines recreativos, buscan sus efectos estimulantes, puede causar efectos no deseados, dependiendo de la tolerancia de cada cuerpo.
Es importante destacar que esta droga viaja por el torrente sanguíneo a una velocidad extraordinaria y, una vez que se consume, los efectos son muy rápidos; incluidos los no deseados que incluyen latidos cardíacos rápidos; hipertensión; hipertermia (aumento de la temperatura interna) ; dilatación prolongada de la pupila del ojo; rotura de las fibras musculares que conduce a la liberación de fibra muscular en el torrente sanguíneo; rechinar de dientes; transpiración excesiva; dolores de cabeza; convulsiones así como paranoia, alucinaciones, y delirios.
Aunque un subidón típico de Flakka puede durar de una a varias horas, es posible que los efectos neurológicos sean permanentes.
La droga no solo se posa sobre las neuronas, sino que también podría destruirlas, dijo Hall a CNN. Otro efecto secundario grave y potencialmente persistente de Flakka es el efecto sobre los riñones. A los expertos les preocupa que algunos sobrevivientes de sobredosis de Flakka puedan estar en diálisis por el resto de su vida.
El arribo de esta droga en América del Sur ocurrió en 2017, cuando se detectaron los primeros casos en Brasil y Argentina.
El caso más difundido fue el de un joven drogado que apareció en Florencio Varela, en la intersección de las calles Eva Perón y Virgen de Itaití.
El episodio quedó registrado en video por un pasajero de un colectivo que presenció el lamentable espectáculo. En las imágenes se puede ver a un chico de 16 años completamente desnudo que caminaba por la calle. Repentinamente comenzó a darse de cabezazos contra el parabrisas del micro con tanta fuerza que lo quebró. Luego se tiró en la calle y e intentó morderse los genitales.
Esta droga, tanto en los Estados Unidos, como en el resto del mundo, está enfocada al segmento de menos recursos de la población por su alto nivel de adicción y bajo precio. No por nada, la Flakka también es conocida como el éxtasis de los pobres.