Prensa UNL - El Litoral
Investigadores de Villa Gobernador Gálvez idearon un sistema rápido y sencillo para detectar residuos de endosulfán en grasa de animales destinados al consumo humano. A la vez es un método eficaz para encontrar muy bajas concentraciones del pesticida y que permite hacer ensayos con gran cantidad de muestras.
“Con el sistema que creamos podemos tener los resultados en un lapso que varía entre las seis y las ocho horas, por eso es tan importante”, aseguró la bioquímica Ana Redolfi, que presentó los resultados del proyecto desarrollado por el bioquímico Sergio del Castillo y el equipo de Laboratorio Litoral en el Workshop de Residuos de Pesticidas organizado este año en la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
El endosulfán es un insecticida y acaricida, un plaguicida organoclorado ampliamente utilizado en la agricultura argentina y que llega a las grasas animales por diversas vías. A la vez es muy nocivo para la salud por su toxicidad y su potencial de bioacumulación, por eso es necesario detectarlo rápidamente, antes de que las carnes lleguen al mercado para el consumo humano.
“Los plaguicidas se concentran en la grasa ovina, bovina, equina o de los peces, ya que son compuestos lipofílicos. Lo que hacemos nosotros es extraer esa grasa y hacer rápidamente las pruebas para detectar endosulfán”, añadió Redolfi, quien destacó que por el método convencional (permeación por gel) se tardan unos tres o cuatro días en informar los resultados.
Cómo llega a las grasas
De acuerdo con la investigadora, el endosulfán es muy usado para combatir insectos y ácaros que atacan a los vegetales. Es ampliamente utilizado en la soja, pero también en el café, la yerba mate, el té, el algodón, las plantas ornamentales, los viñedos, las hortalizas y las frutas. El inconveniente es que desde hace cuatro décadas se aplica de modo masivo, al punto de llegar a prohibirse en varios países. La razón principal es el efecto nocivo que tiene sobre la salud de personas, animales y el medio ambiente.
“Es un agrotóxico que queda en la tierra, en las pasturas, en el agua y los pozos, en los sedimentos marinos y las lagunas, para citar sólo algunos ejemplos. Pero también perduran restos en los alimentos que consumen los animales. Luego se concentran en sus grasas y tejidos. Estos finalmente son consumidos por el hombre”, aseveró Redolfi.
Una vez que el endosulfán queda en el suelo o en los sedimentos tarda entre seis meses y seis años en degradarse. Además es el plaguicida con mayor distribución mundial. Incluso fue detectado en la Antártida, donde nunca fue utilizado.
Según Redolfi, es un agrotóxico sumamente nocivo que ataca principalmente el sistema nervioso central y el sistema endocrino.
El método
El sistema desarrollado por los investigadores es capaz de detectar muy bajas concentraciones de endosulfán, hasta 9 ppb (partes por billón), una cifra muy baja. Además, precisa de poco procesamiento en el laboratorio, requiere poco personal y usa poco solvente; esto resulta muy cómodo cuando se deben ejecutar los ensayos de rutina y constituye un método muy “amigable con el medio ambiente”.
“Como conclusión, debemos destacar que los plaguicidas en la práctica agrícola permiten controlar las plagas, y obtener un mayor rendimiento en la producción de alimentos. Si bien ese es un efecto beneficioso, los productos químicos deben utilizarse en forma racional y con el debido asesoramiento profesional, para que no se conviertan en un perjuicio para el hombre y el medio ambiente”, culminó.
Redolfi indicó que finalizaron el método en febrero de 2009 y les llevó aproximadamente seis meses de desarrollo.
Laboratorio Litoral S.A. forma parte de la Red de Laboratorios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organismo nacional que lleva adelante el Plan de Control de Residuos e Higiene de los Alimentos (Creha).