Como sabemos, el cambio climático ha causado grandes estragos en el hábitat natural de miles de especies al rededor del globo y poco a poco, nos comenzamos a acostumbrar a noticias de animales que deben ser extraídos de sus hogares para ser conservados en refugios durante años, con el objetivo de que no se extingan. Lo increíble es que esta vez te contamos lo contrario, pues una serie de guacamayos fueron finalmente liberados en el lugar que antes vivían, hace 170 años.
Se trata de los guacamayos rojos, una especie de aves que por fin vuelve a los esteros del Iberá, una zona de humedales muy importante de Argentina y donde por fin se liberaron al menos 20, gracias a un programa de conservación y reinserción por parte de la Fundación Rewilding Argentina y el Gobierno de Corrientes.
La desaparición del guacamayo rojo se debió a su intento por volverlo doméstico. Se le cazó para volverlo una mascota y rápidamente se extinguió en la zona. Hoy a casi 200 años, nacen los primeros en estado salvaje.
Según el medio Télam, en 2015 se intentó reintroducir al ave en los humedales, pero no estaban listos para sobrevivir por su propia cuenta. El poco entrenamiento buscando su propia comida les pasó la cuenta, al no tener su instinto desarrollado. Desde la fundación explican que este proceso tarda años y no hay otra manera que el ensayo y el error.
Explican además que la reintroducción de los guacamayos ayudará a proliferar la vida de los bosques nativos, puesto que se encargan de expulsar semillas constantemente, un proceso que se da gracias a la dieta a la que pueden acceder en libertad. Por esto mismo, un equipo se encargará de monitorear su adaptación y esperar que la primera generación de aves viva sin problemas.
Durante años se les enseñó a volar largas distancias hasta volver a su nido, así como resistir condiciones más extremas, ya que a partir de ahora no podrán regresar al refugio buscando protección, la naturaleza será su nuevo y definitivo hogar.
Lo que más contenta al grupo de conservadores, es ver como los visitantes ahora son capaces de reconocerlos a simple vista y tomarles fotos, lo que explica que no están estáticos y poco a poco van haciendo del bosque completo su espacio propio. Estos primeros 20 guacamayos fueron la primera ronda, pero hay planes de seguir liberando a medida que estén listos.