Llega la Noche de Reyes, la última de las fiestas de fin de año
Los cristianos conmemoran cada 6 de enero la visita de Melchor, Gaspar y Baltazar a Jesús en Belén, o, como en otras partes del mundo se le conoce, la Epifanía. La iglesia católica lo celebra la noche de la víspera, con obsequios para los niños.
La epifanía se conmemora el 6 de enero, pero es tradición celebrarla en la noche de la víspera con regalos para los niños, que les dejan "pastito y agua" a los camellos.
Martes 3.1.2023
23:16
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La llegada de los Reyes es sin duda una de las fechas más esperadas para todos los niños del mundo, ya que incluso hay quienes aprovechan para pedir tres regalos, con el pretexto que son Reyes los que cargan con estos. Gracias a esto, el 6 de enero ha sido catalogado como la llegada de los Tres Reyes Magos o como en otras partes del mundo se le conoce, la Epifanía, y se empieza a celebrar desde el día anterior, es decir, el 5 de enero.
La celebración tiene su origen en la narración del Nuevo Testamento en la que se cuenta la historia de los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes viajaron durante la noche desde los confines más remotos de la tierra para llevar regalos al Niño Jesús a quién ellos mismo reconocían como el Hijo de Dios.
En algunos otros evangelios apócrifos se afirmaba que los Tres Reyes Magos poseían un vínculo familiar con el nacido, y que su llegada a Jerusalén estuvo rodeada por legiones de soldados provenientes de Babilonia, Persia y Asia.
¿Por qué se dice que el 6 de enero es el día de los Reyes Magos?
"Reyes" se celebra conmemoración de la historia antes mencionada, en la que se hace referencia a unos magos que tras seguir la Estrella de Belén encuentran al "rey de los judíos nacido en Jerusalén". En varios países de América Latina la festividad se celebra desde el 5 de enero, con la tradicional rosca de Reyes y, en algunas regiones, con chocolate caliente.
También se dejan obsequios para los niños, con algunas condiciones: que les dejen "pastito y agua" a los camellos cerca del Árbol de Navidad o en la entrada de la casa, que dejen sus zapatitos ordenados y, por supuesto, ¡que se acuesten temprano!