El telescopio DESI, que permitirá elaborar un mapa en 3D con una precisión única, inició sus observaciones desde Estados Unidos, anunciaron hoy los responsables del proyecto internacional que busca comprender mejor la expansión del universo.
El telescopio DESI, que permitirá elaborar un mapa en 3D con una precisión única, inició sus observaciones desde Estados Unidos, anunciaron hoy los responsables del proyecto internacional que busca comprender mejor la expansión del universo.
Instalado en el desierto de Arizona, el instrumento espectroscópico DESI va a apuntar, durante cinco años, sus 5.000 "ojos" de fibra óptica al cielo nocturno para capturar y analizar la luz emitida por 35 millones de galaxias en diferentes épocas del universo, informó la agencia de noticias AFP.
Esos datos deben permitirle a los científicos comprender la misteriosa fuerza llamada "energía negra", a la que se responsabiliza de la aceleración de la expansión del universo, explicó en un comunicado el Berkley Lab, que supervisa el programa.
Debido a la expansión del universo, las galaxias se distancian unas de las otras y, cuanto más se alejan, más la luz que emiten se desplaza hacia las grandes longitudes de onda del espectro observado, es decir, hacia el rojo, explicó la Comisión de Energía Atómica francesa (CEA), que participa en la misión astronómica.
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Al analizar la radiación energética de las galaxias, DESI podrá medir el desplazamiento hacia el rojo ligado a la velocidad del distanciamiento, y así tener información sobre su distancia de la Tierra, agregó AFP .
Los investigadores también podrán crear un mapa del universo en 3D con "detalles sin precedentes, al multiplicar por diez el número de espectros de galaxias identificadas", agregó el organismo público francés.
DESI es capaz de recolectar "5.000 espectros de galaxias en 20 minutos", según Christophe Yeche, cosmólogo de la CEA.
Con el mapa del universo, los investigadores esperan comprender mejor la naturaleza y la influencia de la energía negra.
Este componente invisible del cosmos se comporta como una fuerza repulsiva que explicaría por qué desde hace miles de años se ha acelerado la expansión del universo.
Con información de Télam