Carlos Abascal Peiró
EFE
Al menos 30.000 personas, según los cálculos de una Prefectura de París sobrepasada por el éxito de la convocatoria, se congregaron en la plaza, un río de gente que -sustentado en la movilización espontánea a través de las redes sociales- colapsó las bocas de metro aledañas.
“Je suis Charlie” (“Yo soy Charlie”) era el mensaje más repetido, presente en las miles de cuartillas blancas que inundaban la céntrica plaza, en homenaje a la redacción de una cabecera cuya acidez y coraje ha tejido un vínculo sentimental con los franceses.
“Era mi periódico, lo compraba regularmente y, aunque no conocía a sus periodistas, los consideraba mi familia, eran gente única y hoy tengo la impresión de haber perdido una parte de mí”, dijo a Efe Mariannne Carpentier, una joven conmocionada que apenas acertaba a sostener el último ejemplar de la revista satírica.
Bajo la legendaria Marianne -la figura femenina símbolo de los valores de la República Francesa y cuya estatua domina la plaza- una treintena de velas iluminaba el improvisado memorial levantado por los ciudadanos.
En medio de un respetuoso silencio -apenas roto por algún aplauso o una sirena lejana- los llamamientos a la libertad de expresión se sucedían en las conversaciones de los millares de ciudadanos anónimos que, desafiando al frío de París, se congregaban en torno al monumento.
“Francia ha sido herida en su identidad más profunda, la noción de laicismo, de libertad de prensa, que casi es una invención francesa, y estamos dispuestos a morir por ella”, declaró a Efe el periodista del canal público France 2 Christophe Kulikowski.
Para este veterano profesional de la televisión, los periodistas son “testigos de una época” y Charlie Hebdo era un medio “que contaba la suya”, que “combatía por sus ideas” y cuyos trabajadores han muerto por una libertad de expresión que es “también la del pueblo francés”.
Con una vela entre las manos, Sasha, un estudiante de arte, indicó a Efe que lo fundamental ahora es evitar la “amalgama entre quienes cometieron el atentado y todos los musulmanes de Francia”.
A su lado asentían Élodie y Fabrice Castaigne, un matrimonio vecino del distrito XI de París, el barrio en el que está la redacción de Charlie Hebdo, que se confesaba “petrificado, víctima de una pesadilla”.
“Nos esperábamos algo así -dijo a Efe Fabrice- en el metro o un centro comercial. En Francia hay un clima de violencia, de odio y seguramente de estupidez, y este es el resultado”.
“Es doloroso pensar que nuestros compañeros han muerto por tomar un lápiz”, lamentó la novelista y periodista Tristane Banon, amiga personal del fallecido director de la publicación, Stéphane Charbonnier, “Charb”.
“Siempre me decía que hay que resistir, que hay que levantarse. Y por eso estamos aquí, ¿no?”, añadió.
En la plaza -hasta entonces sumida en el silencio- resonó de pronto el grito unánime de “Je suis Charlie”.
Después, los asistentes entonaron la Marsellesa, para al cabo de unos segundos romper en una ovación y dar paso nuevamente al silencio.
Identificados los tres presuntos terroristas
Los tres presuntos autores del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo han sido ya identificados, según varios medios franceses.
La web del diario Metronews explica que los sospechosos son tres hombres de 34, 32 y 18 años con antecedentes por cooperar con redes yihadistas.
De acuerdo con este medio, se trataría de los hermanos Said K. y Chérif K. de nacionalidad francesa, mientras que el más joven respondería al nombre de Hamyd M., aunque se desconoce su nacionalidad.
Este último estaba inscrito el año pasado en un instituto de secundaria en Reims (norte de Francia), según estas informaciones, que no han sido confirmadas oficialmente.
Chérif K. fue juzgado en 2005 por formar parte de una célula de envío de yihadistas a Irak que habría reclutado a una decena de jóvenes para ir a combatir a Irak entre 2003 y 2005.
Fue condenado entonces a tres años de prisión, la mitad de ellos exentos de cumplimiento.
Por su parte, el semanario “Le Point” indica que se ha podido identificar a los sospechosos por un carné de identidad hallado en el vehículo en el que huyeron del lugar de los hechos y con el que colisionaron contra otro coche en el noreste de París.
El gobierno francés ha elevado al nivel máximo la alerta antiterrorista y ha movilizado a más de 3.000 miembros de las fuerzas de seguridad en la operación de busca y captura de los autores del atentado