El río Paraná viene sufriendo, nuevamente, una baja en su caudal de agua que genera preocupación. Hace solamente una semana la altura era de 1,11 metros frente a Victoria, en Entre Ríos.
Septiembre se ubica entre los meses más complicados de 2024 y desde el Instituto Nacional del Agua (INA) no se espera que la situación mejore en el futuro inmediato.
El río Paraná viene sufriendo, nuevamente, una baja en su caudal de agua que genera preocupación. Hace solamente una semana la altura era de 1,11 metros frente a Victoria, en Entre Ríos.
El mes de septiembre, que está terminando, se ubica entre los más complicados de 2024. Lo peor es que desde el Instituto Nacional del Agua (INA) no se espera que la situación mejore en los próximos meses.
Ante este escenario, en la localidad entrerriana de Victoria temen que de sostenerse la bajante haya cortes de abastecimiento de agua potable. Es que, según vienen denunciando pescadores e isleños, "la hidrovía pone en peligro sus vidas". Incluso, la intendenta de Victoria, Isa Castagnino, le pidió al gobernador Rogelio Frigerio que garantice el dragado en las bocas de ingreso del agua al humedal.
"Estamos al borde de una crisis que puede dejarnos sin agua", advirtieron sectores proteccionistas a través de un comunicado. Al respecto, argumentaron que "el modelo de hidrovía que sigue dragando cada vez más profundo el río Paraná está poniendo en riesgo no solo su trabajo y su alimentación, sino también el acceso al agua potable para toda la ciudad".
Por eso, el propio gobernador Rogelio Frigerio se reunió con la intendenta para analizar estrategias frente a la crisis hídrica que atraviesa la ciudad por la bajante del río Paraná, preocupando principalmente el suministro de agua potable.
Tras la audiencia de la que participó también, el director General de Hidráulica y Obras Sanitarias de la provincia, Oscar Pintos, la intendenta Castagnino precisó que la reunión fue de carácter urgente "por lo que estamos viviendo en Victoria, dado que el río tiene una altura de 1,40 metros, todos los días va en bajante y estamos corriendo el riesgo de quedarnos sin el suministro de agua potable".
Agregó que sumado a eso, también preocupa "la economía local, en su mayoría familias de pescadores, por eso vinimos a solicitar la intervención del gobierno provincial, y poder gestionar ante Nación las obras que son de pronta resolución y también a largo plazo. Tenemos que estar más unidos que nunca, porque Victoria lo requiere y porque estamos en una situación que es muy preocupante".
Precisó que las obras necesarias "a corto plazo y de carácter de urgente, son poder utilizar sistemas de dragas más pequeñas o con distintos tipos de maquinarias, y a largo plazo plantearlo en la hidrovía".
La intendenta destacó que estos trabajos se realizan con la Dirección Hidráulica de la provincia en forma conjunta, "se elevará el informe con el que estamos trabajando hace un mes, haciendo recorridos por río y aire para ver los lugares más urgentes que hay que atacar y poder plantear en Nación la problemática. Necesitamos de maquinarias y financiamiento económico para poder realizarla". Precisó que los lugares más urgentes donde hay que realizar intervención son casi en el medio de las islas que son más de 400 mil hectáreas que están dentro del ejido de Victoria, que "debemos cuidarlas, preservarlas y garantizar el agua potable a los pobladores".
Resulta que cuando el Paraná se encuentra dentro de los parámetros normales, la entrada de agua no suele ser problema, pero en los momentos de bajante hay solo tres bocas que alimentan el humedal de Victoria. Estas están entre Puerto San Martín y Diamante y son la Boca de la Azotea, la Boca del Bobo y las Cuatro Bocas.
Quienes viven en y gracias a la isla explicaron que estas entradas son "esenciales para mantener el flujo de agua dulce hacia el humedal y garantizar su vitalidad y por ende la vida y el bienestar de las comunidades". Sin embargo, hoy solo dos de estas bocas están recibiendo agua: la Boca al Bobo prácticamente se secó.
"La Boca de la Azotea, una de las pocas vías activas, está en riesgo de colapsar completamente. Esta entrada es clave porque conecta el río Paraná con el humedal, pero debido a la falta de mantenimiento cada vez entra menos agua. Si no se toman medidas urgentes para dragar esta boca y las restantes, nuestro humedal, que depende de este sistema hídrico, terminará desecado", solicitaron.
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