Vuelve a tomar vuelo la posibilidad de construir el Puerto de la Música en Rosario
La intención de conocer la factibilidad de poder avanzar con la ejecución del mega proyecto está latente. Si bien no se piensa para emplazarlo en diagonal al Monumento Nacional a la Bandera en la costanera central, como quería Binner, sino a la altura del puente Rosario-Victoria, todavía sigue en estudio.
Vuelve a tomar vuelo la posibilidad de construir el Puerto de la Música en Rosario
La idea de poder construir el Puerto de la Música en Rosario, histórico sueño del ex Gobernador, Hermes Binner, vuelve a ser sondeada por la gestión del nuevo Jefe de Estado santafesino, Maximiliano Pullaro. Si bien Omar Perotti amagó con reflotar el proyecto, finalmente quedó en una mera intención. Ahora, ¿se renueva la esperanza?
Por ahora todo se maneja en off de record, pero la intención de conocer la factibilidad de poder avanzar con la ejecución del mega proyecto está latente. Si bien no se piensa para emplazarlo en diagonal al Monumento Nacional a la Bandera en la costanera central, como quería el dirigente socialista, sino a la altura del puente Rosario-Victoria, todavía sigue en estudio.
Se trata del mismo lugar que había sugerido la gestión de Perotti cuando estaba al frente de la Provincia. En su momento reveló que estaba interesado en avanzar con la iniciativa, pero sin utilizar los nuevos fondos nacionales que recibiría por el resarcimiento de la deuda, sino llevarlo a cabo mediante una obra público-privada.
También había señalado que los aportes provinciales provendrían de las utilidades de desarrollos inmobiliarios privados que se habilitarían al mismo tiempo.
El cambio estratégico de locación se debía -en teoría- a que se buscaba evitar uno de los principales motivos que siempre frustró el sueño de Binner: la propiedad de los terrenos. En la costanera central -donde se pensó el proyecto- siempre hubo conflicto sobre la utilización del espacio que, pese a pertenecerle al Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro), estaba concesionado a Terminal Puerto Rosario (TPR).
Ahora, pareciera renovarse la ilusión y avanzar en silencio. De hecho, según trascendió, hubo reuniones con el Intendente de Rosario, Pablo Javkin, y el de Baigorria, Adrián Maglia, junto con miembros del gobierno de Pullaro.
A priori, pareciera que la idea sería armar no solo un Puerto de la Música, sino que sea una suerte de centro cultural junto con espacio para viviendas, oficinas, es decir, un master plan que conlleva otras posibilidades además del proyecto del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
Estos funcionarios ya tuvieron reuniones con los dos intendentes interesados: Pablo Javkin, de Rosario, y Adrián Maglia, de Baigorria, en cuya jurisdicción está el terreno donde se analiza la posibilidad de construir el centro cultural.
En su momento, cuando tomó fuerza la revalorización de la iniciativa para poder llevarla a cabo Javkin había dado el visto bueno a la relocalización, algo que ratificó en las reuniones que hubo sobre el tema en las últimas semanas.
En tiempos de ajuste de recursos por parte del gobierno nacional y de recesión económica, la vida del proyecto dependerá de cuánto sean capaces de seducir a los privados de invertir en el masterplan para que, finalmente, pueda desarrollarse la obra.
De qué se trata el puerto de la música
El proyecto fue desarrollado por el famosísimo arquitecto brasileño, Oscar Niemeyer (fallecido en 2012), y el único que proyectó para Argentina. Básicamente, se trata de un conjunto de 20 mil metros cuadrados compuesto por un centro de exposiciones, una escuela de música y una sala de conciertos.
El conjunto se completaría con otros dos edificios: uno de forma cilíndrica donde se ubicaría la administración y la boletería, y un bloque de tres niveles con forma de bumerán, ubicado en el otro extremo del edificio principal, que contendría una sala de exposiciones y un restaurante.
Entre los tres edificios quedaría delimitada a su vez una gran plaza pública para eventos. El programa se completaría con un estacionamiento para 1.000 vehículos.
Además, el arquitecto planteó una opción inclusiva y destinada a shows gigantes que mueven multitudes. Así es que presentó un gran portón sobre el fondo del escenario, el cual podría abrirse para espectáculos al aire libre, con capacidad para 25 mil personas.
"La idea es que la arquitectura llegue al pueblo, que se asiente en la base de que todos tenemos iguales oportunidades", había explicado en su momento Niemeyer.