Para los cristianos, sobre todo los católicos, el domingo 21 de abril termina la semana más importante del año: la Semana Santa. Es que entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección los fieles recuerdan la última semana de Jesús en la Tierra, desde su entrada triunfal en Jerusalén hasta su crucifixión y resurrección. “Pascua” significa paso y se refiere al paso de Jesús de la muerte a la vida.
Pese a que en ninguna parte de la Biblia dice que no se pueda, los cristianos evitan comer carne roja a manera de sacrificio y optan por el pescado sin saber, quizás, todos los beneficios que tiene.
Un alimento con todas las letras
El pescado puede cocinarse de las más variadas formas. Es un alimento que tiene muchos nutrientes, y uno de los más requeridos en platos de restaurantes en Semana Santa. Ahora bien... ¿qué beneficios aporta?
El pescado se considera un alimento básico en una alimentación saludable, y debemos tomar de dos a cuatro raciones de pescado por semana, alternando los pescados grasos (azules) con los magros (blancos). Además, su consumo es especialmente importante en embarazadas, lactantes y durante periodos de crecimiento, como en la edad infantil.
Es un alimento nutritivo, sabroso y muy saludable, y altamente beneficioso para la salud porque aporta los siguientes beneficios:
Rico en proteínas. El pescado tiene un valor nutritivo muy alto. Aporta todos los aminoácidos esenciales necesarios para formar y mantener los órganos, tejidos y el sistema de defensa frente a infecciones y agentes externos.
Fuente muy valiosa de grasas ‘cardiosaludables’. Contiene Omega 3, particularmente ácido eicosapentanoico (EPA) y el ácido docosahexanoico (DHA) y ácidos grasos poliinsaturados en pescados azules (atún, arenque, sardina, caballa, salmón, anguila, bonito, etc). Estos ácidos grasos Omega 3 aumentan el colesterol HDL (“bueno”), reducen el colesterol LDL (“malo”) y los triglicéridos disminuyen la presión arterial.
Aporte calórico relativamente bajo por su bajo contenido en grasas. Además son grasas insaturadas, considerándose las grasas más saludables para el organismo.
Alta presencia de minerales y oligoelementos. El pescado contiene yodo, hierro, fósforo, zinc, magnesio, cobre, selenio, flúor, calcio y potasio; todos necesarios para el buen funcionamiento del cerebro y sistema nervioso.
Rico en vitaminas liposolubles (A, D, E) e hidrosolubles (B6, B12). Dichas vitaminas son indispensables para el organismo; en particular, para el crecimiento y desarrollo.
Pobre en sodio. El pescado se convierte en un alimento ideal para personas que llevan a cabo dietas bajas en sal.