La iglesia San Francisco de Paula, de la localidad de Uquía, en la Quebrada de Humahuaca, es la primera del país en aplicar un sistema de drizas para la restauración y puesta en valor de su histórico edificio, una técnica antigua peruana que consiste en el armado de una malla de soga a través de nudos estratégicamente dispuestos, se informó hoy.
Este trabajo, prácticamente artesanal, le dará a la estructura una mayor resistencia ante casos de sismos sin modificar la fachada original del templo declarado Monumento Nacional en 1941.
"Actualmente en el país no contamos con una normativa específica para reforzar la edificación de adobe, por lo que tomamos como base una normativa peruana que constantemente se va actualizando", dijo la directora provincial de Patrimonio, Valentina Millón.
Esta misma técnica se utilizó por ejemplo en la restauración de la iglesia de San Pedro de Atacama, de Chile en 2014, apuntó.
Las normativas de Perú y Chile, específica para monumentos históricos, "avalan y especifican de qué manera calcular el sistema de drizado, por lo que no es algo improvisado sino que está verificado en laboratorio a partir de una tecnología muy antigua", aseguró.
Los trabajos de restauración de la iglesia de Uquía, edificada en 1691, comenzaron en octubre del año pasado, pero quedaron suspendidas por cuestiones tecnológicas y, luego, por la pandemia de coronavirus, para retomar los trabajos en agosto con las autorizaciones correspondientes.
El drizado sobre el edificio comenzó recientemente tras haber finalizado las tareas sobre paredes para subsanar los problemas de riesgo estructural como grietas y vigas y adobes en mal estado.
Este trabajo permitirá envolver la nave en su fachada y laterales y también la fortalecerá internamente, luego de haberse subsanado grietas comprometedoras de la seguridad estructural y previa al revestimiento de los muros.
"Este sistema de drizado te da la certeza de que al momento de un sismo fuerte el edificio no se va a caer a pedazos, va a generar un espacio de tiempo para poder poner a resguardo a las personas, para eso son las estructuras sismo resistentes", explicó la funcionaria.
Los daños visibles en la iglesia fueron motivo de un constante reclamo por parte de la comunidad aborigen de Uquía, que exigían mayor celeridad en los trabajos.
"Estamos siguiendo sugerencias del Conicet a través de su Laboratorio de Arquitectura Andina y Construcción con Tierra: con trabajos sin uso de máquinas ni herramientas eléctricas sobre las paredes y cubierta, y reconstrucción de piezas con materiales y técnicas similares a las originales", detalló Millón.
Se realizaron nuevamente todas las trabas de la mampostería con un sistema de refuerzo utilizando piezas de madera, por lo que hubo que quitar los adobes que estaban partidos y se colocaron adobes nuevos que fueron fabricados con similar dosaje de tierra de idénticas dimensiones que los originales.
Por otro lado, el muro frontal de la iglesia presenta un desplome hacia adelante "muy importante", y en su parte alta algunas fisuras, por lo que "se buscó la mejor manera de contener estructuralmente esa gran fachada que tiene una moldura en su parte superior sin modificar la identidad del edificio".
De acuerdo con el proyecto de obra, una vez finalizado el drizado se avanzará con las tortas de barro en la cubierta y luego con todo lo que es el revoque de barro y las terminaciones más específicas.
Según estiman, la obra se entregará, en principio, a comienzos del año próximo.
La iglesia San Francisco de Paula conserva en su interior a los ángeles arcabuceros de la escuela cusqueña, pinturas hechas por los aborígenes bajo la tutela de los españoles en el siglo XVII, y forma parte de un conjunto de pinturas de ángeles que se realizaron en toda la zona andina durante el período hispánico.
Por la refacción en el templo, los nueve óleos de Ángeles Arcabuceros fueron trasladados a la sede de la Prelatura de Humahuaca.