Cada vez más olas de calor y Argentina en el segundo lugar de Latinoamérica
Un mayor número de personas experimentan los efectos negativos de tener más jornadas con altas temperaturas. A quiénes afecta y cómo impacta en la actividad laboral. El dengue, con riesgo de pasar de epidemia a endemia.
Los efectos de las altas temperaturas sobre la salud están comprobados. Un panel de expertos hizo hincapié en la importancia de tomar decisiones a nivel local. Créditos: Mauricio Garín
En el año 2022 la Argentina tuvo una temperatura media de verano 1,2° por encima del período que se toma como referencia: 1986-2005. Existe una clara tendencia a que los veranos sean más cálidos, pero el que se menciona aquí fue particularmente bochornoso y es muy probable que todavía esté en nuestra memoria.
Si se analiza en contexto, se tiene que hay una tendencia al calentamiento en todos los países de Latinoamérica, y que en 2022, la población de la región estuvo expuesta a temperaturas ambientales, en promedio, 0.38°C más altas que en el periodo de 1986-2005, siendo Paraguay el país que experimentó la mayor anomalía (+1.9°C), seguido de Argentina (+1.2°C) y Uruguay (+0.9°C).
Es más, desde la década de 2000 se observa una tendencia a la mayor frecuencia de anomalías cálidas en el verano de Argentina; y esta amenaza climática vuelve más compleja la salud de la población, con un mayor impacto en personas menores de un año y mayores de 65.
La población mayor de 65 años es una de las más afectadas por la sucesión de días de calor extremo. Créditos: Mauricio Garín
En todos estos temas, y en un panorama completo de toda la región, profundiza el reporte 2023 de Lancet Countdown Latinoamérica que analiza, precisamente, la vinculación entre cambio climático y salud.
El informe, presentado a principios de junio, en vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente, aborda datos de toda la región, y suma en esta ocasión a México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá, con foco en nuestro país.
Sobre ese enfoque específico para la Argentina expuso Francisco Chesini, Licenciado en Salud Ambiental (Universidad de Entre Ríos) y experto en el área de salud y cambio climático. Uno de los datos que revela el informe para nuestro país es que "mientras que hasta la década del '80 había fluctuaciones entre algunos veranos más fríos y otros más cálidos, a partir del año 2000 se inicia una tendencia de mayor frecuencia de anomalías cálidas" por encima de los registros climatológicos.
Antes de seguir, un dato: este eje de análisis no es nuevo en el país. Argentina es referente en la región por su sistema de alerta temprana por calor, en cuyo desarrollo participó Chesini.
Pérdida de horas de trabajo y, en consecuencia, menores ingresos: más efectos de la exposición al calor extremo medidos entre los años 2013 y 2022. Créditos: Pablo Aguirre
Población y trabajo
De acuerdo a este relevamiento, se tiene que desde 1960 hasta el verano 2021-2022 se observó una tendencia positiva en el aumento de temperatura: los veranos de 2013-2014 y 2021-2022 son los que superaron en mayor medida los valores históricos. En consecuencia, hubo mayor exposición a días de olas de calor en menores de 1 año (187 %) y en mayores de 65 (220 %).
"Aumenta la amenaza y también la exposición de la población y todo esto se da en un contexto de transición demográfica que atraviesa el país, con aumento de expectativa de vida, reducción de la tasa de natalidad y de la mortalidad", señaló Chesini. Esto significa que aumenta la población que tiende a vivir más y, proporcionalmente, los grupos de edad avanzada pasan a ocupar un peso más importante a nivel poblacional y demográfico. Pero es también la población de riesgo, que además de su condición de edad tiene mayor presencia de enfermedades no transmisibles que pueden agravar un cuadro de golpe de calor.
Pero hay más: el calor, una de las mayores amenazas en materia climática, está afectando la capacidad laboral. Entre 2013 a 2022 se perdieron anualmente 300 millones de horas de trabajo por exposición al calor; un 116 % más si se compara con 1991-2000. Esto equivale "a una pérdida potencial de ingresos de 1,3 mil millones de dólares al año", y eso si se habla de personas con protección laboral, obra social, ART, empleador. Pero en el país "hay 6 millones de personas (30 % de la Población Económicamente Activa) que están en la economía informal", advirtió el experto. Por lo que "para aquel trabajador o trabajadora que pierde un día de trabajo porque tiene afectada su salud, es un día que no puede llevar alimentos a su familia".
La frontera del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, también se extiende debido al aumento de temperatura y las condiciones climáticas favorables para su expansión.
La expansión del dengue
El impacto de los cambios en los valores de temperatura sobre la salud se traslada también a la posible propagación de enfermedades infecciosas, por ejemplo, el dengue que es transmitido por el mosquito Aedes aegypti cuya proliferación se ve favorecida por el aumento de temperatura y otras condiciones climáticas: "Esta idoneidad climática aumentó un 18 % entre 2013 y 2022 en relación con 1951-1960".
En un rápido repaso, se observa que en la década del '60 el país fue declarado libre de Aedes. Luego, "con el abandono de políticas de control vectorial", reaparece en los '90 y en 1998 ocurre el primer brote luego de su reintroducción. Desde entonces, el dengue tuvo un comportamiento de epidemia con ciertos intervalos: 2015-2016; 2019-2020; 2022-2023 y 2023-2024, año epidemiológico que viene registrando una baja sostenida pero que tuvo (hasta la semana 21) más de medio millón de casos confirmados, con la novedad de una alta cifra de muertes notificadas: 353.
Uno de los datos más llamativos es que el período entre una epidemia y otra empezó a acortarse y así como antes transcurrían varios años entre un episodio y otro, ahora son sucesivos. Es más, en algunas provincias del norte del país la transmisión no se interrumpió durante todo el invierno de 2023.
"Eso nos hace pensar que estamos transicionando de un país que experimenta epidemias de dengue a que éste se convierta en una enfermedad endémica", advirtió el especialista, para señalar que "mucho de esto se explica en el cambio climático".
En este punto, Horacio Trapassi, médico clínico, especialista en Toxicología del Departamento de Salud Ambiental del Ministerio de Salud de Neuquén, y uno de los participantes de la presentación del informe, aportó un dato revelador: desde el año pasado se observa la presencia de Aedes aegypti en un sector de la capital de su provincia, ubicada muy a sur de la frontera conocida hasta ahora para el desarrollo del vector que transmite el dengue: "Hace 13 años que hacemos la vigilancia entomológica y desde el año pasado observamos la presencia del vector en un área limitada al este de la capital". Aunque aún no se registraron casos de la enfermedad, el dato es una señal de alerta.
La presentación de las conclusiones del reporte, que se hizo en modalidad virtual, estuvo a cargo de Carolina Gil Posse, directora de programas y comunicaciones de Salud sin Daño para América Latina, quien integra el grupo de trabajo del Lancet Countdown Latinoamérica sobre compromiso público y político y es co-autora del informe.
Expusieron también Yasna Karina Palmeiro Silva, coordinadora de programa e investigadora del Lancet Countdown Latinoamérica; Andrea Hurtado Epstein, gerenta del programa de cambio climático de Salud sin Daño para América Latina; Matilde Rusticucci, doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Buenos Aires (UBA); Marina Orman, coordinadora de Salud Ambiental del Ministerio de Salud de la Argentina, y Valeria Román, periodista y cofundadora de la Red Argentina de Periodismo Científico, junto con los mencionados Chesini y Trapassi.
En el balance, surgen algunos datos alentadores: la mortalidad prematura por contaminación del aire derivada de combustibles fósiles disminuyó en el país entre 2005 y 2020 a partir de la reducción de emisiones del transporte y la industria.
Sin embargo, "aún queda un amplio camino por recorrer". Por ejemplo, entre 2018 y 2021 "de cada peso de subsidio destinado a energías renovables, 13 fueron a Vaca Muerta: necesitamos mejorar la soberanía energética y preguntarnos qué matriz queremos para el país".
No son las únicas conclusiones del reporte. También se abordaron cuestiones específicas como la necesidad de desarrollar políticas públicas y llegar a tomadores de decisión locales; la importancia de replicar planes provinciales de salud y cambio climático, como ya hicieron Neuquén, Misiones y Tucumán; el desafío de abordar las vulnerabilidades al cambio climático en una región con significativas desigualdades sociales como es Latinoamérica, y el rol de los medios de comunicación para difundir y acercar conceptos básicos a la población, acerca de un problema que está entre nosotros y tiene consecuencias demostradas sobre la salud. A pesar de que en estos días y por estas latitudes, las noticias hablen de la inminencia de una ola de frío.
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