Cada vez falta menos para el verano y los usuarios de las redes sociales aprovecharon su infinita inventiva para "crear" un sistema casi perfecto para revisar uno de los juegos más tradicionales de la playa: el tejo.
Lo compartió un usuario durante el fin de semana y el posteó superó el millón de visualizaciones y comentarios.
Cada vez falta menos para el verano y los usuarios de las redes sociales aprovecharon su infinita inventiva para "crear" un sistema casi perfecto para revisar uno de los juegos más tradicionales de la playa: el tejo.
A través de una cuenta de TikTok se viralizó un video donde un grupo de amigos disputaba una partida de tejo en las arenas de Pinamar, en la Costa Atlántica Argentina.
En las imágenes, se puede ver cómo quien filmaba los discos tomaba las medidas de cada equipo con respecto al tejín o bochín, nombre derivado de otro juego clásico, las bochas.
En la disputa entre amarillas y rojas, y de acuerdo a la medición del teléfono del usuario de TikTok, ganaron las primeras, quienes estaban más cerca por tres centímetros.
La publicación en cuestión se dio durante el fin de semana largo y desde entonces recolectó casi dos millones de reproducciones, 171 mil "me gusta" y más de 700 de comentarios.
El tejo de playa, conocido también como tejo playero, tomó un impulso notable en los últimos años en Argentina, logrando incluso el reconocimiento internacional. Este deporte de precisión, que forma parte de la familia de las bochas y la petanca, ha trascendido las fronteras, siendo jugado no solo a nivel nacional, sino también en países limítrofes y en el resto del mundo.
El tejo playero tiene sus raíces en las playas de Mar de Ajó, en la provincia de Buenos Aires, durante la década de 1960. Fue en ese entonces cuando Juan Bernardino Otegui, un ramallense de ascendencia vasca, ideó este deporte adaptando el tradicional juego de las bochas, pero con discos planos (tejos) y sobre la arena de las costas argentinas. La modificación se debió a que las bochas esféricas, al rodar sobre la arena, eran difíciles de controlar.
Con el tiempo, el tejo playero se fue popularizando en todo el país, y hoy en día se practica durante todo el año, tanto en playas como en canchas indoor. En 2015, la Secretaría de Deportes de la Nación Argentina lo eligió como deporte autóctono en las Olimpiadas de Trasplantados celebradas en Mar del Plata, lo que impulsó aún más su visibilidad. Desde 2018, la Asociación Internacional de Tejo (AIT) organiza torneos a nivel mundial.
Se juega en una cancha de arena de 2.5 x 12 metros, dividida en dos partes iguales por una línea central. Los equipos, compuestos por hombres y mujeres de todas las edades, tienen como objetivo lanzar los tejos (discos) lo más cerca posible de un pequeño disco neutral llamado “tejín”.
Cada equipo tira sus tejos por turnos, buscando posicionar sus discos en el área más próxima al tejín para sumar puntos. El juego termina cuando uno de los equipos alcanza la cantidad de puntos acordada (12 en modalidad reducida y 15 en modalidad tradicional).
A lo largo de un partido, la dinámica es intensa, con los equipos alternando el turno de tiro y tratando de desplazar los tejos rivales para conseguir la mayor cantidad de puntos posibles. El reglamento permite la modalidad individual, de parejas, tríos y equipos, lo que lo hace adaptable a diferentes tipos de jugadores.
El terreno de juego es tradicionalmente de arena, pero puede contener hasta un 20% de tierra o conchilla. Las medidas de la cancha oficial son 2.5 metros de ancho por 12 metros de largo.
Los tejos, que tienen un diámetro de 119 mm, un grosor de 23 mm y un peso de 325 gramos, son fabricados en un material plástico resistente al agua y al sol. El tejín, que se lanza al principio de cada juego, es el punto de referencia que define la posición de los tejos y la acumulación de los puntos.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.