La familia real de Liechtenstein se enfrenta estos días a una de sus peores polémicas en los últimos tiempos, tras la acusación hacia el príncipe Emanuel de haber matado al oso más grande de Europa. De ser verdad las sospechas de los grupos medioambientales Agent Green (Rumanía) y VGT (Austria), habría cometido un delito contra la prohibición de cazar grandes carnívoros. Un hecho agravado por haber sucedido en una zona protegida de los montes Cárpatos, situada en Transilvania, Rumanía, hacia donde habría viajado desde su lugar de residencia en Austria, con un permiso de caza para capturar a una hembra que amenazaba a una población.
Arthur, así se llamaba el oso pardo de 17 años considerado uno de los más grandes de su especie en Europa, fue disparado el pasado mes de marzo, justo cuando el príncipe Emanuel de Liechtenstein había obtenido su permiso para cazar a una osa por parte del Ministerio de Medioambiente de Rumanía. El motivo del permiso habría sido que el ejemplar había causado daños en varias granjas de Ojdula, un pueblo de Transilvania. Como consecuencia, la Asociación de Cazadores de Rumanía había organizado una partida para dar con la osa. La prohibición de cazar osos pardos se remonta a 2016, cuando la Unión Europea declaró a la especie como protegida; sin embargo, algunos gobiernos permiten excepciones explícitas cuando un ejemplar amenaza a una población o a otros animales. Algo que las organizaciones medioambientales condenan, argumentando que esas excepciones pueden dar lugar a problemas como estos, que amenazan gravemente el bienestar de las especies y las ponen en peligro.
Tenés que leer"Carta de un elefante al rey de España"Los ejemplares masculinos de oso pardo son de un tamaño mucho mayor que los femeninos, algo que el príncipe Emanuel debe saber, según las organizaciones medioambientales, por estar acostumbrado a cazar. “Me pregunto cómo el príncipe pudo confundir una osa que se acercaba a una población con el oso más grande que ha existido en las profundidades del bosque”, argumenta Gabriel Paun, director de Agent Green. Aseguran que lo hizo a propósito, bajo una práctica prohibida, la caza de trofeos. "Se trata de un caso de caza furtiva, ya que dispararon al oso equivocado", asegura condenando la obtención de trofeos de caza.
Según las organizaciones, “el príncipe no mató a la hembra que estaba ocasionado los problemas, sino a un macho que vivía en las profundidades del bosque y nunca se había acercado a las poblaciones (...) El oso llamado Arthur ha sido observado durante muchos años por el guardabosques de Agent Green y era conocido como un espécimen salvaje que no estaba acostumbrado a la presencia de los hombres ni a la comida que le ofrecía”. Según Paun, Arthur era el oso más grande visto en Rumanía y probablemente el más grande también de Europa.
“Está claro que el príncipe no vino a solucionar el problema de los ciudadanos, sino a matar al oso y llevarse a casa el trofeo más grande que colgar en la pared”, prosigue el director de la organización. Según Associated Press, hay documentos que confirman que el príncipe Emanuel recibió un permiso de cuatro días para cazar en la zona, y que el 13 de marzo mató a un oso pardo de 17 años por el que supuestamente pagó 7.000€. “Es una vergüenza para Austria que el príncipe Emanuel haya abusado de esta excepción para matar a este precioso oso”, asegura Ann-Kathrin Freude, la coordinadora de la austríaca VGT.
El palacio se ha defendido asegurando que “la corte real no tenía conocimiento sobre el motivo de su visita privada y personal a Rumanía. Sin embargo, al palacio le gustaría señalar que el respeto por la naturaleza siempre ha sido una de las principales preocupaciones de la casa y es un elemento central del compromiso de la familia por la sostenibilidad ecológica y social”.
Tenés que leerEl príncipe Harry pierde la batalla legal contra el Mail on Sunday por la foto del maltrato al elefantePor su parte, el gobierno de Rumanía ha abierto una investigación para determinar si fue Emanuel quien mató al oso, aunque su ministro de Medioambiente, Tánczos Barna, ha asegurado que es una tarea “extremadamente complicada”. Según las organizaciones, es también responsabilidad del país, que lleva infringiendo años las normas europeas por no medir la población de osos con muestras de ADN ni establecer medidas de coexistencia para proteger tanto a las poblaciones de osos como de personas. En Ojdula, la osa que causaba los problemas sigue acercándose a las casas de la gente, que no tienen ninguna medida de protección.
Por ahora, los intentos del gobierno del país de contactar con el príncipe de Liechtenstein no han dado resultado y el periódico suizo Blick ha asegurado que Emanuel no va a comentar nada sobre el asunto.