El Gobierno polaco advirtió este lunes de la llegada masiva de inmigrantes a la frontera con Bielorrusia. Cientos de migrantes y solicitantes de asilo se dirigieron hacia el límite polaco e intentaron cruzar a territorio europeo, según informó la Guardia Fronteriza polaca. “El grupo está bajo control de bielorrusos armados. Son ellos quienes deciden la dirección que toman”, alertó Stanislaw Zaryn, portavoz del Ministerio de Interior, en un mensaje a través de su cuenta en Twitter. La situación ha provocado también la reacción de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien ha exigido al régimen de Minsk que “deje de poner las vidas de personas en peligro”. “La instrumentalización de los migrantes por Bielorrusia es inaceptable”, ha continuado la máxima responsable del Ejecutivo comunitario.
Los países fronterizos con Bielorrusia y la Unión Europea acusan al régimen de Minsk de orquestar el tráfico de personas en respuesta a las sanciones impuestas por Bruselas. Y parece que estas sanciones no se quedarán aquí. Von der Leyen anuncia en un comunicado emitido a última hora de la tarde que “está hablando con los líderes de los estados miembros para extender las sanciones sobre las autoridades de Bielorrusia”. Además, la presenta ha advertido que está explorando “cómo sancionar, incluso mediante la inclusión en listas negras, a las aerolíneas de terceros países que participan activamente en la trata de personas”.
Distintos vídeos publicados por las autoridades polacas mostraban a los cientos de inmigrantes reunidos al pie de la valla de alambre de espino que separa ambos países. Del lado bielorruso, se oía el clamor de los migrantes y refugiados. Del lado polaco, en medio de la creciente tensión, policías y soldados miraban a quienes tenían en frente. En uno de los vídeos, un objeto sobrepasaba la alambrada y aterrizaba entre los agentes de seguridad, que se protegían equipados con escudos y armas. La Guardia Fronteriza polaca informó este lunes que debido a la situación en el cruce entre los dos países se cerraba el paso por el puesto de Kuźnica desde primera hora del martes.
“Informaciones muy inquietantes provenientes de la frontera”, publicó el portavoz Zaryn. “Un grupo importante de migrantes se ha agrupado en Bielorrusia, cerca de la frontera con Polonia. […] Intentarán entrar en Polonia en masa”, advirtió por la mañana. “Los servicios polacos están preparados para cualquier eventualidad”, aseguró por su parte el viceministro de Interior, Maciej Wasik. Los vídeos, publicados en Twitter también por la red opositora bielorrusa Nexta, mostraban a cientos de personas vestidos con ropa de abrigo para evitar el frío y mochilas mientras caminaban por una carretera. Según la agencia de noticias France Presse, una de las grabaciones fue hecha cerca del pueblo fronterizo de Bruzgi, en Bielorrusia, a 1,2 kilómetros del límite con Polonia.
La situación no solo ha provocado la reacción verbal de la Comisión Europea. Von der Leyen también ha anunciado que en los próximos días el vicepresidente Margaritis Schinas “en coordinación con el Alto Representante, Josep Borrell, viajará a los principales países de tránsito y de origen [de los migrantes] para asegurarse de que estos países previenen a sus ciudadanos para que no caigan en la trampa de las autoridades de Bielorrusia”.
Polonia declaró en septiembre el estado de emergencia en dos provincias fronterizas con Bielorrusia para frenar el flujo de inmigrantes irregulares que atribuye a la acción directa del Gobierno de Aleksandr Lukashenko. Lituania y Letonia también han adoptado medidas para reforzar sus fronteras por el mismo motivo. A raíz del incidente en la linde polaca, Lituania anunció este lunes el envío de tropas a su frontera con Bielorrusia para prepararse ante una posible afluencia de migrantes, según afirmó el ministro de Interior del país báltico.
Mientras, el régimen de Lukashenko intensifica su campaña para culpar a Polonia de la crisis migratoria desatada en sus fronteras. La plataforma Bélaya Rus, creada por el mandatario en 2007 para apoyar su figura desde la sociedad civil, asegura que Minsk cumple todas sus obligaciones. En su territorio, asegura, “no hay problemas con los migrantes”, mientras esta plataforma acusa al Gobierno polaco de violar “totalmente los valores y obligaciones que se comprometió a observar cuando se unió a la Unión Europea en 2004″. “Quiero recordar el acuerdo de Dublín, por el cual la parte polaca no debe usar la fuerza o el ejército, sino aceptar las solicitudes de los migrantes y analizar en qué medida cumplen los criterios para brindarles asilo de refugiados”, aseguró Piotr Petrovski, politólogo de la plataforma, a la agencia Belta.
“Nueva forma híbrida de terrorismo internacional”
El responsable del comité estatal de fronteras bielorruso anima a los migrantes traídos de Oriente Próximo a entrar en el bloque comunitario. “Todas estas personas, incluidos mujeres y niños, no representan una amenaza para la seguridad, se comportan bien”, agregó Antón Bychkovski, quien insinuó además que Polonia “puede inventar una provocación para justificar el uso de la fuerza” contra los migrantes.
El empleo de los extranjeros como arma de presión se remonta a verano, cuando el Gobierno de Lukashenko comenzó a traer en avión inmigrantes procedentes de Oriente Próximo para enviarlos a Polonia, Letonia y Lituania, países con los que Minsk está enfrentado. Sin embargo, el órgano opositor Dirección Popular Anticrisis considera esto un error del régimen. Este comité, dirigido desde el exilio en Polonia por el exministro Pavel Latushka, cree que la crisis aumentará la presión sobre la dictadura, puesto que Lukashenko “utiliza las vidas humanas de manera instrumental para lograr sus objetivos políticos”. “Es hora de pedir al mundo democrático que reconozca a Lukashenko como un terrorista internacional”, afirmó Latushka.
Este uso de los extranjeros “es una nueva forma híbrida de terrorismo internacional” cuyos fines últimos “son la preservación del poder y la desestabilización de la Unión Europea”, agrega el exministro. “En lugar de llamar a una ambulancia, todo el mundo está esperando la hospitalización planificada del paciente”, lamenta Latushka, en referencia a la inacción internacional ante el régimen tras la represión de las manifestaciones por el fraude electoral de verano de 2020.
“Lukashenko va a un conflicto militar local en la frontera de la Unión Europea, pero lo venderá al mundo entero con la imagen de una crisis humanitaria culpa de los europeos. Esto es un tipo de propaganda de la época nazi”, añade. Según los opositores, la solución pasa por que la comunidad internacional no reconozca el Gobierno de Lukashenko, que se perpetúa desde hace ya 27 años, y le imponga sanciones muy duras “por el ataque híbrido desatado”.