Alemania y un final abierto en las parlamentarias que buscarán retomar la estabilidad política
El canciller Olaf Scholz adelantó los comicios ante la ruptura de gobierno. AfD con Alice Wiedel corre con la bandera de la extrema derecha y Friedrich Merz de los democristianos apunta como líder.
Friedrich Merz (demócratas cristianos), Olaf Scholz (Partido Socialdemócrata) y Alice Wiedel (AfD). Crédito: Reuters
El des aceleramiento económico, la crisis migratoria, la controversia con Ucrania, el crecimiento de la derecha y la brutal diversificación partidaria son algunas de las aristas principales que forzaron la debacle de la coalición de gobierno en Alemania.
El descarrilamiento del canciller Olaf Scholz del Partido Socialdemócrata acarreaba una serie de episodios desde el momento de asumir, pero los meses finales del 2024 acrecentaron la ruptura del acuerdo con Los Verdes y el Partido Demócrata Liberal, apodado como “gobierno del semáforo” por sus colores identitarios.
Los liberales fueron el punto de inflexión. En noviembre del año pasado, mediante un reclamo que maquillaba un supuesto intento de derrocamiento según el oficialismo, el ministro de Finanzas, Christian Lindner (liberal), forzó su destitución.
El ex ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner. Crédito: Annegret Hilse/Reuters
Lindner encabezaba el cuestionamiento a la negativa del freno del gasto público desde dentro de la coalición, postura que chocaba con el plan de Scholz de asistencia social e industrial para una economía alemana que se encuentra en uno de sus peores pasajes.
Manteniendo algunos vestigios del país de Europa central tomado de ejemplo político en ocasiones, se adelantaron los comicios parlamentarios para este 23 de febrero, donde el partido ganador necesitará de 316 escaños para obtener la mayoría en un Bundestag que redujo su tamaño.
Dicho escenario parece casi imposible, no sólo por los números de encuestas que tiene a cuatro candidatos con cifras por encima del 10% y debajo del 30%, sino por los antecedentes que fuerzan la formación de alianzas y abren aún más el abanico de posibilidades.
El último debate entre Scholz y Merz
A pesar de su estrepitosa caída, los socialdemócratas de Scholz se mantienen como una opción de peso y como una fuerza a la cual eventualmente podrían apelar para conformar gobierno con sus porcentajes de intención de voto que rondan entre los 13% y los 17%, según encuestas de febrero
La figura más fuerte según dichos sondeos es la de Unión Demócrata Cristiana (CDU) que irá con Friedrich Merz, su presidente, como principal candidato. Los números van desde 29% hasta 32%, dependiendo de la agencia.
Olaf Scholz este jueves en el debate. Crédito: Fabrizio Bensch/Reuters
Ambos líderes protagonizaron este jueves el último debate, en el cual se distanciaron más de lo que acordaron, algo pretendido por sus bases ideológicas, pero que en los últimos años creció y rompió el “cortafuegos” establecido a la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD).
El actual canciller sostuvo sus esperanzas de triunfo: "Algunas personas irán a las elecciones, entrarán en las urnas y sólo entonces decidirán a quién y a qué partido votar. Y creo que al final, muchos votarán por el SPD y me darán un nuevo mandato para dirigir", algo calificado por Merz como un “milagro”.
Friedrich Merz este jueves en el debate. Crédito: Fabrizio Bensch/Reuters
Respecto a propuestas, Scholz habló nuevamente de un bono “hecho en Alemania”, que reforzaría inversiones locales y extranjeras para una industria golpeada, con un simultáneo tope a las tasas por el uso de las redes eléctricas para bajar los precios de la energía.
Scholz y Merz este jueves en el debate. Crédito: Fabrizio Bensch/Reuters
El hombre de los democristianos admitió cierto emparejamiento ideológico, pero bajo argumentos fuertes que recaen en la crisis migratoria. Alemania no posee permisos completos para expulsar a inmigrantes ilegales, proceso que ha sufrido una leve modificación en 2024.
El relato se vio reforzado ante los recientes ataques investigados como posibles atentados, siendo el atropello masivo de Munich el más emblemático, donde un joven afgano solicitante de asilo provocó la muerte de dos personas.
Merz acusó a toda la coalición del semáforo como responsable de la actual situación del país y aseguró que se sigue con "la vieja canción de los socialdemócratas de subir los impuestos, aumentar la deuda e incrementar el gasto estatal". "La economía se está contrayendo, con su plan se seguiría contrayendo, mientras que con nosotros emprenderá un rumbo de crecimiento", el candidato de centro-derecha.
"Independientemente de quién forme el próximo Gobierno federal y de cuál sea su composición: tenemos que resolver dos grandes problemas a los que se enfrenta este país en los próximos cuatro años: el de la migración y el de la economía", resumió Merz en torno a los principales dramas que adelantaron estos comicios.
La extrema derecha, la ¿tercera? en discordia
Algunos medios de comunicación y agencias de noticias europeos no lo ubican como candidato, pero el partido Alternativa para Alemania (AfD) se ha posicionado incluso en segunda colocación en las encuestas de febrero.
Quintos en las elecciones de 2021 y por consecuencia en cantidad de escaños, la extrema derecha alemana creció en consonancia a otros países de Europa. Los comicios del Parlamento Europeo de 2024 no fueron precisamente un triunfo, pero consolidaron su posición como opción.
Alice Weidel, líder de AfD. Crédito: Kai Pfaffenbach/Reuters
Alice Weidel encabeza como candidata y es la principal vocera de ideas que van a fondo con las limitaciones fronterizas y coquetean al igual que Robert Fico (Eslovaquia) y Viktor Orban (Hungría) con el conservadurismo de Rusia.
Como si fuera poco, cuenta con el apoyo de Donald Trump y en uno de sus mitines más importantes participó de manera remota Elon Musk. Por estos últimos dos puntos es que no sorprende el alejamiento actual entre Washington y Kiev.
Alice Weidel, líder de AfD. Crédito: Fabian Bimmer/Reuters
La controversia de AfD gira en torno a los discursos que pueden remitir a conceptos nacidos durante el siglo pasado en la misma nación. En 2018, año en el cual ingresaron al parlamento por primera vez, el Comité Internacional de Auschwitz acusó a su presidente Alexander Gauland, de "querer destruir la sociedad alemana a través del odio y de promover los bajos instintos". "Los sobrevivientes de Auschwitz conocen la estrategia de Gauland a partir de su propia experiencia durante los años nazis: estigmatizar a las personas y caracterizarlas como de otra especie y sin raíces dentro de su propia sociedad", agregó un comunicado por aquel entonces.
El pasado fin de semana, unos 160.000 alemanes se manifestaron en las calles de Berlín en contra de AfD, argumentando que el voto hacia CDU resulta la mejor opción para “evitar” un triunfo de la extrema derecha. El escenario actual no elimina la posibilidad de que ambos partidos formen coalición.
A sólo tres días de las elecciones, AfD sumó una nueva acusación. Una investigación del semanario alemán Der Spiegel y del austríaco Standard asegura que recibieron 2,35 millones de euros a través de un testaferro, lo que podría suponer una multa de 7 millones de euros.
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