Azerbaiyán reafirmó este lunes que los derechos de los armenios de Nagorno Karabaj serán "garantizados", que el proceso de reintegración de los que queden en el enclave recuperado por las armas se realizará "con éxito" y que les proporcionará ayuda humanitaria y servicios básicos, lo que igualmente no frenó el éxodo de refugiados hacia Armenia. Los compromisos se dieron en dos escenarios: por un lado, en la reunión que el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, mantuvo con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, y, por el otro, en el encuentro que una delegación gubernamental tuvo con armenios de Nagorno Karabaj, el segundo entre las partes para discutir la reintegración del enclave a Azerbaiyán.
La semana pasada, Azerbaiyán lanzó una fugaz ofensiva militar mediante la cual logró recuperar pleno control de Nagorno Karabaj, un territorio montañoso ubicado dentro de sus límites pero poblado mayoritariamente por armenios que habían formado ahí una república sin reconocimiento internacional que tuvo a la región bajo su dominio durante más de 30 años.
"Los habitantes de Nagorno Karabaj, sea cual sea su etnia, son ciudadanos de Azerbaiyán. Sus derechos serán garantizados por el Estado azerbaiyano", declaró Aliyev en una conferencia de prensa conjunta con Erdogan en Najicheván, una franja de tierra entre Armenia e Irán incorporada al territorio azerbaiyano a principios de los años 1920.
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"Confío en el éxito del proceso de reintegración de los armenios de Karabaj a la sociedad azerbaiyana", añadió Aliyev, que puso de relieve el "interés común" de Turquía y su país para que reine "la paz" en el Cáucaso.
Más de 200 personas murieron en las 24 horas de ofensiva relámpago azerbaiyana, al cabo de las cuales los armenios de Nagorno Karabaj aceptaron desarmar y disolver sus fuerzas de defensa locales en virtud de una tregua mediada por Rusia, que históricamente ha intercedido entre ambas exrepúblicas soviéticas y que tiene tropas de mantenimiento de paz en el enclave.
Al día siguiente, representantes de Nagorno Karabaj iniciaron negociaciones con Azerbaiyán sobre la reintegración de la región a ese país, y hoy celebraron una segunda ronda en la ciudad occidental azerbaiyana de Joyalí, que se centró en aspectos humanitarios y se realizó en un "ambiente constructivo", informó el Gobierno azerbaiyano en un comunicado.
La nota explicó que Azerbaiyán creará grupos de trabajo para estudiar las necesidades sociales, humanitarias, económicas y de infraestructura de Nagorno Karabaj y restablecer los servicios básicos y sanitarios, con especial atención a los enfermos crónicos y a las cirugías pendientes, informó la agencia de noticias estatal azerbaiyana Azertag.
La vecina Armenia, que limita con Nagorno Karabaj y que libró dos guerras contra Azerbaiyán por el control del territorio desde fines de la década de 1980, esta vez no intervino a favor de los armenios, pero ha pedido una misión internacional que vele por sus derechos y se ha abierto a recibir a deslazados por los combates, que comenzaron a llegar ayer.
Más refugiados armenios ingresaron hoy en Armenia procedentes de Nagorno Karabaj, y, según testigos, hubo embotellamientos en la única carretera que conecta ese enclave con el territorio armenio.
En total, 6.650 personas "desplazadas a la fuerza" de este enclave llegaron a Armenia desde ayer, incluyendo a 1.500 que lo hicieron esta la tarde, dijo hoy el Gobierno armenio, informó la agencia de noticias AFP.
Autoridades de Nagorno Karabaj dijeron que ya habían partido 30 colectivos con desplazados y que estaban alojados en la base de las fuerzas de mantenimiento de la paz rusas en Ivanián.
El conflicto ha arrastrado desde siempre a dos potencias con intereses y presencia en la región del Cáucaso: Rusia, que ha oficiado de mediador, pero apoyado mayormente a Armenia, donde tiene una base militar, y Turquía, que respalda decididamente a Azerbaiyán.
Desde el inicio de su guerra con Ucrania, en 2022, Rusia perdió influencia en el Cáucaso, mientras que Turquía aumentó la suya.
En Rusia, el Gobierno del presidente Vladimir Putin rechazó hoy "categóricamente" reproches de Armenia de que las fuerzas de paz rusas no habían podido evitar ni frenar la ofensiva azerbaiyana.
"Entendemos la intensidad emocional del momento, pero estamos categóricamente en desacuerdo con el intento de responsabilizar a Rusia o a las tropas de pacificación rusas, que están mostrando un verdadero heroísmo a la hora de llevar a cabo sus funciones, en línea con el mandato con el que cuentan", dijo el vocero de Putin y del Kremlin, Dimitri Peskov.
"Nadie puede decir que las tropas de pacificación han hecho algo mal. Nunca estaremos de acuerdo con estos reproches", agregó.
Desde la semana pasada, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, reclama a Rusia por lo que considera su fracaso a la hora de garantizar el cumplimiento de una tregua tripartita que había puesto fin a la última guerra por el territorio, en 2020, en la que Azerbaiyán derrotó a los armenios del Karabaj y a Armenia y recuperó zonas del enclave y de sus alrededores.
El premier dijo ayer que el reciente ataque de Azerbaiyán demostró que las alianzas externas de Armenia -una alusión a Rusia- ya no eran eficaces para proteger los intereses de la nación, aunque no llegó a anunciar un nuevo alineamiento externo.
La Cancillería rusa dijo que las críticas de Pashinian eran "ataques inaceptables" y que el primer ministro armenio, que recientemente se ha acercado a Estados Unidos, intentaba "desviar su responsabilidad por los fracasos en su política nacional e internacional, culpando a Moscú".
En Estados Unidos, el vocero del Departamento de Estado dijo hoy que Rusia mostró no ser un socio confiable de Armenia.
"Creo que Rusia mostró no ser un aliado de seguridad en el que se pueda confiar", dijo a periodistas el vocero Matthew Miller.
El portavoz del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, apoyó el pedido de Armenia de crear una misión internacional para velar porque Azerbaiyán cumpla sus promesas de proteger los derechos de los armenios de Nagorno Karabaj.
Para mañana está previsto que la Unión Europea (UE), que condenó la ofensiva azerbaiyana de la semana pasada, reciba en Bruselas a altos responsables de Armenia y de Azerbaiyán.
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