La ocupación de salas de terapia con pacientes con coronavirus subió por tercera semana en Brasil, donde la lenta vacunación, la reapertura prematura de la economía y la circulación de la variante india auguran un nuevo embate durísimo de la pandemia.
Brasil, el segundo país más enlutado por el coronavirus, registró ayer otras 1.119 muertes y alcanzó las 474.614, con una media de fallecimientos diarios de 1.664 que se mantiene más o menos estable desde hace semanas, informaron anoche autoridades.
El país sudamericano gobernado por el presidente Jair Bolsonaro, que se opone a los confinamientos y ha promovido aglomeraciones, sumó otros 39.712 nuevos infectados, para un total de 16,9 millones desde el inicio de la pandemia.
Algunos expertos hablan de la llegada de una tercera ola este mes de junio más letal que las dos primeras, puesto que se parte de una meseta mucho más alta de muertes diarias.
Otros aseveran que en Brasil no se puede hablar de olas, porque jamás en los 16 meses de pandemia se sofocó la circulación del virus hasta rebajar al mínimo los muertos y los casos, como sucedió en países vecinos o en Europa, por ejemplo.
El Instituto de investigación Fiocruz, del Gobierno federal, reportó anoche que por tercera semana consecutiva subió la ocupación de las UTI para pacientes infectados con la Covid-19.
En 11 de las 27 capitales, la tasa de ocupación de ese tipo de salas superó el 90 %, dijo el instituto, informó la agencia de noticias Ansa.
Entre estas ciudades que presentan más del 90 % de ocupación de sus UTI están Brasilia (95%), Rio de Janeiro (95%), Cuiabá (94%) y Goiania (93%), las cuatro subsedes de la Copa América de Fútbol que dará inicio el próximo domingo.
Tenés que leerMovimientos sociales y políticos de Brasil exigen la renuncia del presidente Bolsonaro En 20 de los 27 estados, el 80 % o más de las camas de UTI se encuentra con pacientes.
En los dramáticos meses de marzo y abril, cuando se llegó a un pico de más de 4.000 muertos en un solo día, casi todos los gobernadores reimpusieron el cierre de servicios no esenciales y toques de queda nocturnos.
Sin embargo, ni bien empezaron a caer los números, las medidas se relajaron, según los expertos, de manera prematura, mientras el país de 212 millones habitantes se acerca al medio millón de muertos y presenta una de las mayores tasas de mortalidad por cada 100.000 habitantes del mundo (más de 220).
En su último boletín extraordinario, Fiocruz advirtió que la "flexibilización" de las medidas conllevará "una intensificación de la pandemia" en las próximas semanas.
"Este proceso de mantenimiento de tasas elevadas de mortalidad, junto con el aumento de las tasas de incidencia, puede tener como consecuencia un agravamiento de la crisis sanitaria", señaló.
Bolsonaro es objeto desde hace semanas de una investigación en el Senado por su caótica gestión de la pandemia, en parte por el arranque tardío y el lento avance de la vacunación. Por ahora, menos de un 11% de los 212 millones de brasileños recibieron las dos dosis.
A eso hay que sumarle la incertidumbre de la variante india del coronavirus, cuyos primeros casos aparecieron ya en Brasil y su propagación puede ser favorecida por la reapertura económica.