La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil rechazó la importación de la vacuna rusa contra el COVID-19, Sputnik V.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil rechazó la importación de la vacuna rusa contra el COVID-19, Sputnik V.
En una reunión extraordinaria, la cúpula de este órgano regulador aprobó por unanimidad (cinco votos a favor) vetar la importación de este inmunizante y su uso en Brasil.
El director presidente de la entidad, Antonio Barra, explicó que este es el retrato "de este momento, de lo que fue posible analizar hasta el presente momento".
Los cinco directores de la Anvisa lamentaron la falta de datos completos que sirvieran de base para analizar en profundidad la seguridad, eficacia y calidad de la vacuna.
Barra afirmó que la agencia hizo "todos los esfuerzos posibles" para obtener la documentación, pidiendo datos sobre la vacuna a Rusia, Argentina y México e incluso enviando una misión técnica a Rusia.
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También dijo que hubo conversaciones con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y que "relató dificultades en el acceso a la documentación" y que se buscó información en varios países que ya están vacunando a su población con la Sputnik V, pero aseguró que estos no tienen datos de monitoreo.
"No hay y nunca hubo apego a cuestiones burocráticas o falta de respeto hacia la vida humana, falta de sensibilidad y mucho menos exigencias no previstas en la legislación", afirmó Barra para justificar la negativa a la vacuna.
La decisión de los directores de la Anvisa se produjo después de una exposición de los tres departamentos técnicos del organismo, que recomendaron no aceptar la importación por considerar que la ausencia de datos podría suponer un riesgo para la salud pública.
Poco antes de la reunión de la Anvisa, un órgano consultivo del Gobierno brasileño dio una opinión favorable a la vacuna.
La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad, ligada al Ministerio de Ciencia, aprobó la liberación comercial de la vacuna Sputnik V.
Con la negativa de la Anvisa, queda en el aire la importación de las dosis que ya se había comprometido un grupo de gobernadores de estados brasileños y otras que había acordado recibir el Ministerio de Salud.