Uno de los casos más resonados de racismo policial en EEUU culmina sin imputados por homicidio
Gentileza
19:00
Tras seis meses, uno de los casos de racismo y brutalidad policial que más resonaron este año en Estados Unidos concluyó este miércoles con solo un policía imputado por tres cargos de "exposición al peligro sin sentido" por el allanamiento y posterior tiroteo en el que un grupo de oficiales mataron a Breonna Taylor, una trabajadora de la salud negra que estaba desarmada en su casa.
Un gran jurado -un jurado de ciudadanos especial convocado para decidir en algunos casos si se deben presentar cargos contra los acusados- decidió en Louisville, Kentucky, que solo uno de los policías que participó del allanamiento por drogas fallido, Brett Hankison, fuera imputado por el procedimiento y el tiroteo, no por el homicidio, según el canal de noticias CNN.
Cerca de los tribunales, en el centro de la ciudad, manifestantes del movimiento Black Lives Matters (Las Vidas Negras Importan) y otras personas, se habían concentrado en un parque para esperar la decisión.
Ante la posibilidad de una reactivación de las protestas raciales, que presionaron durante meses para que la muerte de Taylor llegue a la Justicia, las autoridades se apuraron a desplegar la Guardia Nacional -una fuerzas federal convocada por los estados en momentos de crisis- y declarar un toque de queda a partir de las 21 horas y hasta mañana a la mañana.
Uno de los primeros en reaccionar a la decisión del gran jurado fue Derrick Johnson, presidente de Naacap, una de las organizaciones afroestadounidenses más antiguas de Estados Unidos y una voz considerada moderada.
"La decisión de hoy de imputar a un solo oficial por tres cargos de exposición al peligro sin sentido en primer grado es una desgracia nacional. Debemos llevar esta bronca a las urnas y votar. Si ya votaste, decile a tus amigos que voten. La única manera de cambiar el sistema es ganarlo", escribió en su Twitter.
El 13 de marzo pasado, Taylor estaba en su cama, cuando un grupo de policías derribó la puerta de su casa sin aviso previo en un allanamiento de drogas que terminó sin encontrar pruebas.
El novio de Taylor tenía un arma registrada, creyó que era un robo e hizo un disparo. La Policía respondió con una lluvia de tiros y mató a Taylor, una técnica de medicina de emergencias de 26 años.
Desde entonces, Louisville y otras ciudades debaten la prohibición de los allanamientos sin aviso previo.