El Litoral
Una horrorosa e inimaginable situación se vivía dentro de una casa ubicada en un barrio de clase media de Perris, una pequeña localidad al sureste de Los Ángeles. Los Turpin tenían encadenados a sus hijos a sus camas, torturados en un ambiente oscuro, sucio y cruel.
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Los vecinos no pudieron evitar que sucediera, ni lo sosprecharon. Ahora sienten rabia e impotencia de no haber podido ayudar a tiempo a las víctimas.
Una de ellas es Érica Carmona, que vive a tres casas, quien contó que llegó a pensar una vez que los chicos estaban secuestrados después de habrerlos visto junto a su madre "delgados, tristes, como agachados, sin querer mirar". La mujer de 34 años le dijo a una agencia de noticias: "Pensé que tenían una condición especial; una vez me dije 'capaz están secuestrados", pero pensó que eran ideas suyas.
Otra de las vecinas del barrio explicó que "muchas cosas eran extrañas, pero no lo suficiente como para llamar a la policía". Kimberly Milligan, vive desde hace dos años y medio en la casa de enfrente a la de los Turpin. "Pensé que eran papás sobreprotectores a la décima potencia".
"¿Crees que si hubiera sabido que algo pasaba, que había abuso, no iba a llamar a la policía?", dijo por su parte Wendy Martínez.
Rosenberg Salgado, contó que al enterarse de la noticia corrió hasta su casa. "Como tenía gente encarcelada, me vine corriendo".
Para su tranquilidad, Una de las hijas de los Turpin, de 17 años, logró escapar y comunicarse con los servicios de emergencia para denunciar la situación.
Los Turpin no eran vecinos amigables. No hablaban con nadie ni saludaban. El césped de su casa está cortado y en el estacionamiento tienen cuatro vehículos, uno de ellos con vidrios polarizados. En las patentes personalizadas, tienen juegos de palabras relacionados con Disneyland, un lugar que parece gustarles a los Turpin, quienes publicaron en Facebook fotos de cuando realizaron un viaje al famoso parque de diversiones.
Una situación extraña vivió Keyla Redd, cuando la última noche de Halloween pasó frente a la casa del horror. La joven cuenta que que vio a David Turpin "sosteniendo una cruz y una antorcha y diciendo a los niños que en su casa no se celebraba Halloween".
Los abuelos de los chicos se manifestaron "consternados" y dijeron que hacía mucho que no veían a sus hijos. Sólo hablaban por teléfono. También, contaron que los chicos no iban a la escuela, sino que recibían educación en su casa, sobre todo educación religiosa ya que sus padres los habían obligado a memorizar los textos de la Biblia.
En registros estatales, David Turpin aparece como director de una escuela que precisamente tiene la dirección de su casa.
Los hermanos Turpin están siendo atendidos en hospitales, en donde están siendo atendidos por desnutrición y examinados. Afirman haberlos visto "pálidos como vampiros". Declararon estar hambrientos, por lo que se les dio de comer.
La pareja está detenida bajo sospecha de tortura. La fianza es de nueve millones de dólares, dijo la Policía.