Italia comienza a respirar después de unos días muy oscuros. Este lunes han vuelto a bajar ligeramente tanto la cifra de contagios como la de nuevos enfermos del coronavirus en el país del mundo en que la situación es ahora mismo más crítica.
“Finalmente vemos la luz al final del túnel”, celebra el consejero de Sanidad de la Lombardía.
Italia comienza a respirar después de unos días muy oscuros. Este lunes han vuelto a bajar ligeramente tanto la cifra de contagios como la de nuevos enfermos del coronavirus en el país del mundo en que la situación es ahora mismo más crítica.
Un total de 601 personas han perdido la vida en estas últimas 24 horas, que sigue siendo una cifra muy elevada, pero es algo menor que la del domingo, cuando se registraron 651 nuevas muertes. En total hay 50 fallecidos menos. También bajan las cifras de contagios, ya que este lunes hay 3.780 nuevos enfermos mientras que el domingo eran más de 3.900. Hasta el momento, más de 6.000 personas han perdido la vida infectadas en este país y el Covid-19 ya ha contagiado a más de 63.000 italianos.
“Hoy se confirma la tendencia de la caída, podemos decir que es el primer día positivo, no es el momento para cantar victoria pero finalmente vemos la luz al final del túnel”, ha dicho el consejero de Sanidad de la Lombardía, Giulio Gallera. Los contagios también bajan en la Lombardía, la región más afectada con 3.776 muertos pero también la primera donde se decretó el confinamiento.
Esta caída que Italia espera que se convierta en tendencia esta semana –que será clave porque podría indicar que se ha llegado, o se está a punto de llegar, al pico de contagios– tiene lugar cuando están por celebrarse los 14 días desde que el primer ministro, Giuseppe Conte, decretara el confinamiento de todo el país. Los expertos italianos han repetido que los tiempos en los que los enfermos deben mostrar síntomas van entre los cinco y los doce días desde el contagio, con lo que el balance podría señalar que la contención en Italia podría haber funcionado.
Mientras, los sindicatos están en pie de guerra en el norte de Italia. Algunos en la Lombardía han anunciado hoy huelgas para proteger la salud de los trabajadores de las actividades productivas que todavía siguen abiertas. Lo hacen después de que el sábado el Gobierno anunciase que todas las fábricas y actividades productivas del país cerrarían salvo las “esenciales”, pero al final la lista de estas industrias que pueden seguir abiertas ha sido algo mayor de la que se esperaba.
Los tres principales sindicatos metalmecánicos han convocado huelgas en la Lombardía porque denuncian que la lista ha sido “extendida excesivamente, cubriendo áreas de dudosa importancia”. Por eso en un comunicado conjunto, han declarado un paro de un día que tendrá lugar este miércoles en todas las fábricas que no están vinculadas al sector sanitario. El anuncio fue rápidamente seguido por los trabajadores químicos de la Lombardía, que ése día se quedarán en casa.
El decreto que firmó este domingo el primer ministro, Giuseppe Conte, preveía que además de la industria alimentaria, los transportes, la energía y la que produce equipo sanitario en Italia sigan abiertas la industria química, la de fabricación de caucho, la extracción de petróleo crudo y gas natural, los estudios de arquitectura y ingeniería, los sistemas de vigilancia, la reparación de electrodomésticos o el personal que trabaja en las casas, entre otros.
“El decreto permite que muchas empresas sigan abiertas, muchas sin las garantías adecuadas y normas de seguridad, creando condiciones no acordadas con nosotros y con la preocupación entre los trabajadores”, ha dicho Paolo Pirani, jefe nacional del sindicato químico y textil Uiltec. La industria textil está cerrada, pero no aquella que fabrica uniformes de trabajo.
Hasta los empleados de los bancos, que permanecen abiertos, han amenazado con una huelga nacional porque denuncian que les obligan a trabajar en condiciones inseguras, sin mascarillas, guantes o suficiente gel desinfectante.