Rumores de gran malestar se dejaban escuchar desde las cárceles de la provincia desde antes de la pandemia. Los internos reclamaban mejores condiciones de alojamiento y también que se agilicen los trámites para otorgar los beneficios de libertad transitoria o asistida. Algunos de los problemas, fueron reconocidos por las propias autoridades del Servicio Penitenciario, debido a supuestas falencias arrastradas desde la gestión anterior. Este lunes, en medio del aislamiento obligatorio dispuesto a nivel nacional, las prisiones santafesinas “detonaron”.
Gran parte de los reclusos de las unidades de Coronda y Las Flores se amotinaron, rompieron las instalaciones, quemaron colchones y escalaron por las paredes hasta los techos de los pabellones. Rápidamente, las redes sociales de los santafesinos se llenaron de videos caseros que mostraban lo que estaba pasando. Algunas de las imágenes se originaban adentro mismo de los edificios, en teléfonos que portaban los presos.
La situación estaba claramente fuera de control. Los internos se movían dentro de los muros con total impunidad, amenazantes y con sus rostros cubiertos. Cada tanto se escuchaban las detonaciones de las escopetas de los guardias, de grueso calibre, cargadas con cartuchos “antitumulto”. Así, los vigías trataron de mantener a raya a los amotinados. Tampoco faltaron los gases lacrimógenos, que afectaron por igual a presos y vecinos de la zona.
Las autoridades del Servicio Penitenciario lograron reunirse en Coronda con representantes de los rebeldes, que accedieron a deponer su actitud. “La situación se está normalizando”, señaló el secretario de Asuntos Penitenciarios, Walter Gálvez, a El Litoral.
Mientras tanto, trascendió que los internos no habían tomado rehenes y aparentemente sólo se registraron uniformados y reos con heridas leves en las escaramuzas. No obstante, el funcionario reconoció que antes del motín se había producido un enfrentamiento entre presos que dejó como saldo una persona fallecida por herida de arma blanca.
Por otra parte, algunas versiones que circularon dejaban entrever que podían haberse evadido algunos internos, algo que finalmente fue desmentido rotundamente por Gálvez.
Cuando caía el sol, este lunes, la situación más compleja era la que se vivía en Las Flores, donde los internos habían “tomado” la cárcel, según informó.
Disturbio en la cárcel de Las Flores
A media tarde se viralizó un video de un interno de Coronda, que supuestamente habla en representación de toda la población de la penitenciaría.
El recluso, que no deja ver su rostro, explica que el mensaje es para “jueces, fiscales, el ministro de Seguridad, (el subsecretario del Servicio Penitenciario) Héctor Acuña y Derechos Humanos”.
“Este 23 de marzo de 2020 nos dirigimos a ustedes con el mayor respeto que sus cargos merecen y pasamos a explicar los inconvenientes que estamos teniendo en el penal, como todo el mundo, por la pandemia que estamos viviendo”, manifiesta.
El interno asegura que están todos de acuerdo con la suspensión absoluta de visitas, “para evitar el contagio de nuestra familia y para preservar nuestras vidas”.
Luego, denuncia que “la autoridad no está cumpliendo con la cuarentena. Sabemos que se hacen cambios de guardia por semana y 2150 efectivos ingresan a la cárcel y no se toman precauciones. Sabemos que hay personal que volvió de vacaciones de lugares como Brasil y Paraguay”.
Más adelante, señala que no les proveen adecuadamente artículos de limpieza, así como guantes y barbijos. “No nos dejan pasar el alimento, sabiendo que la comida que nos dan acá es incomible”, se queja también.
Disparos, fuego y gritos en la cárcel de Las Flores
“Y les hacemos saber -agrega- que la cárcel está superpoblada. La mitad está en condiciones de gozar beneficios de libertad condicional o asistida. La unidad no está cumpliendo con su trabajo. Queremos que vengan a ver cómo vivimos”.
Por otra parte, lanza una advertencia: “Les hacemos saber que vamos a tomar las medidas necesarias para tener respuesta, para que no digan después que Coronda armó un motín. Sólo peleamos por los derechos que la ley nos da”.
Finalmente, se queja porque -asegura- “las autoridades ya aislaron el Pabellón 2 para llevar a los posibles enfermos de coronavirus. Nos mandan a morirnos a ese pabellón. Es abandono de persona. Vamos a pelear hasta las últimas consecuencias, haciéndolo en forma pasiva. Queremos una respuesta”, concluye.