Corea de Sur lanzó con éxito su cohete espacial Nuri, un paso importante para la industria espacial del país asiático, que se convierte en uno de los diez del mundo capaces de poner un satélite en órbita con tecnología propia.
Se trata de su segundo intento, tras un lanzamiento fallido en octubre pasado.
Corea de Sur lanzó con éxito su cohete espacial Nuri, un paso importante para la industria espacial del país asiático, que se convierte en uno de los diez del mundo capaces de poner un satélite en órbita con tecnología propia.
El cohete se lanzó en dirección sur a las 16.00 hora local (6.00 GMT) desde el Centro Espacial Naro, a unos 350 kilómetros al sur de Seúl. Tras desprenderse con éxito de su primera y segunda fases y el carenado, su tercera fase logró desplegar la carga útil en la baja órbita terrestre, a unos 700 kilómetros de altura, unos 16 minutos después de despegar.
Además de cuatro nanosatélites y un satélite simulado de 1,3 toneladas, Nuri contó entre su carga útil con un satélite de verificación, diseñado para testar las capacidades del cohete, y que se comunicó con éxito con la estación surcoreana de comunicaciones Rey Sejong, situada en la Antártida.
En su primer lanzamiento de octubre, el cohete, desarrollado y fabricado íntegramente en Corea del Sur, completó su secuencia de vuelo pero no logró desplegar entonces el satélite simulado que portaba.
"Es un momento monumental para la ciencia y la tecnología surcoreanas. Hemos lanzado con éxito Nuri", anunció en una rueda de prensa celebrada en el centro de lanzamiento el ministro de Ciencia, Lee Jong-ho.
Lee añadió que para 2027 el país asiático espera haber lanzado otros cuatro cohetes como este más con el objetivo de comercializar esta tecnología y lanzar satélite para otros países.
Este lanzamiento, que estaba previsto originalmente para la semana pasada, tuvo que retrasarse debido al viento primero y a un fallo en un sensor después.
El desarrollo de Nuri, que funciona con combustible líquido y pesa unas 200 toneladas, ha costado casi 2 billones de wones (unos 1.800 millones de dólares).
Nuri es clave para los planes de Corea del Sur de construir eventualmente un sistema de navegación basado en satélites de Corea y una red de comunicaciones 6G.
Corea del Sur también está trabajando con Estados Unidos en un orbitador lunar y espera aterrizar una sonda en la Luna para 2030. El país también planea lanzar una serie de satélites militares, pero los funcionarios niegan que el Nuri tenga algún uso como arma.
Esta prueba convierte a Corea del Sur en uno de los 10 países capaces de desarrollar y lanzar sus propios vehículos espaciales y también en uno de los siete capaces de poner en órbita satélites de más de una tonelada, junto a Rusia, Estados Unidos, Francia, Japón, China e India.
Con Nuri, Seúl espera también, entre otras cosas, mejorar su capacidad para poner en órbita mejores satélites de vigilancia que le permitan espiar a Corea del Norte.