El Litoral
Corea del Norte acusó a Estados Unidos de estar presionando a Corea del Sur para retomar las maniobras militares anuales conjuntas no bien finalicen los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang y dinamitar así el acercamiento logrado entre su gobierno y Seúl.
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Télam
Seúl y Washington aplazaron sus maniobras militares anuales de primavera, que se realizan normalmente entre marzo y abril y que Pyongyang considera un ensayo para invadir su territorio, con el fin de que no coincidieran con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se celebran hasta el próximo domingo en el condado surcoreano de PyeongChang.
"Estados Unidos tiene como meta poner fin al deshielo en las relaciones intercoreanas inmediatamente después de que se apague la llama olímpica. Estados Unidos está haciendo ruido para reanudar sus ejercicios militares con Seúl justo después del cierre de los Juegos", afirma este lunes un editorial del diario norcoreano Rodong citado por la agencia de noticias EFE.
Tras años de pésimas relaciones las dos Coreas lograron un histórico acuerdo en enero pasado que posibilitó la participación de la del Norte en los Juegos y la visita de una delegación norcoreana que supuso el primer viaje a suelo surcoreano de un miembro de la dinastía Kim, al incluir a Kim Yo-jong, hermana del líder Kim Jong-un.
Seúl considera que este acercamiento puede lograr que Washington y Pyongyang vuelvan a sentarse en una mesa de negociaciones, aunque la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, se muestra escéptica e insiste en que primero el gobierno norcoreano debe mostrar antes intenciones de desnuclearizarse.
"El riesgo de que suba la tensión en la península coreana está aumentando. Los activos estratégicos y las ingentes tropas de Washington se están acercando a la península y sus zonas adyacentes", añade el editorial del Rodong.
El despliegue de un mayor número de activos estratégicos estadounidenses en la península coreana fue acordado el año pasado por Seúl y Washington en respuesta a las continuas pruebas nucleares y con misiles de Pyongyang.
Por su parte, Corea del Norte aprovechó el viaje de su delegación para invitar al presidente surcoreano, Moon Jae-in, a visitar Pyongyang y participar en la primera cumbre intercoreana de líderes en más de 10 años.
Aunque Moon mostró voluntad de hacer realidad la propuesta, insistió en que ambas Coreas deben crear antes "las condiciones necesarias" para que eso suceda.
De hecho, el sábado último, el mandatario surcoreano afirmó que todavía no llegó el momento de celebrar una cumbre en Pyongyang con el líder norcoreano, Kim Jong-un, y subrayó el compromiso de su gobierno con la alianza Seúl-Washington.
"Es demasiado pronto para discutir sobre si se acepta -y de ser así, cuándo se lo hace- la invitación a la capital norcoreana", dijo Moon durante una visita al centro de medios de los Juegos Olímpicos de Invierno.
"Esperamos que el continuo diálogo entre Corea del Sur y el Norte lleve a conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, así como a una desnuclearización" de la península coreana, dijo Moon ante los periodistas.
Corea del Sur ya advirtió que apostará por la vía del aislamiento y las sanciones si Pyongyang vuelve a realizar un ensayo armamentista.