Fue el 19 de diciembre pasado cuando el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el titular de Salud, Yuli Edelstein, recibieron la primera dosis de la vacuna elaborada por Pfizer y BioNTech, dándole inicio así a una ambiciosa campaña de vacunación que a la fecha ha administrado 2.16 millones de dosis a su población, casi un 25% de sus 9.3 millones de habitantes.
La rápida vacunación se debe a un acuerdo suscrito entre el país y la farmaceútica, donde Israel le proveerá acceso a numerosas bases médicas de datos sobre las personas que reciban la preparación. El país, entonces, será un "laboratorio de experimentación global" y por eso los ojos están puestos en cómo se comporta la población israelí, debido a que la cantidad de gente inoculada supera con creces las magnitudes que se estudian en los ensayos clínicos en Fase III.
Tenés que leer Pfizer retrasa el suministro a Europa de sus vacunas contra el coronavirusY los datos preliminares son promisorios: según informó la jefa del Departamento de Salud Pública del Ministerio de Salud, Sharon Alroy-Preis, la información inicial señala que la vacuna frena las nuevas infecciones en un 50% 14 días después de que se administra la primera de las dos inyecciones, según consigna The Times of Israel. Los datos, informó el martes, son preliminares y se basan en los resultados de las pruebas de covid-19 entre quienes recibieron la vacuna y quienes no.
Otros datos complementarios los han aportado las mismas Organizaciones de Mantenimiento de Salud (HMO), que administran las atenciones médicas a los israelíes. Según Clalit, el mayor proveedor de servicios de salud del país, la probabilidad de que una persona se infecte con coronavirus se redujo en un 33% después de la primera dosis.
Según los análisis realizados por la HMO Maccabi, la vacuna causó una caída del 60% en las posibilidades de infección tras dos semanas de recibir la primera dosis entre la población que han analizado. Cada una de las HMO recopiló datos de unos 400 mil pacientes que trataron, una cifra diez veces mayor a los participantes de los ensayos de Fase III de la farmaceútica, que solo estudian a 40 mil personas.
Alroy-Preis señaló que los datos no son suficientes para concluir que la vacuna previene la transmisión del virus por completo, a lo que se suma el dato de que los niveles de inmunidad cercanos al 95% se alcanzarían sólo después de una semana de la segunda dosis.
Casi un quinto de los pacientes actuales con covid-19 habían alcanzado a recibir la primera inyección, por lo que la funcionaria insistió en la necesidad de protegerse con ambas dosis. Los datos llegan en un complicadísimo momento de la epidemia en el país, con tasas de infección superiores a las de la primera ola, lo que ha llevado a tener un peak de pacientes graves.
Según Alroy-Preis, el 73% de los israelíes que tienen más de 60 años o que poseen otros factores de riesgo ya han recibido al menos la primera dosis de la vacuna.