El primer ministro haitiano, Ariel Henry, nombró el miércoles a un nuevo ministro de Justicia, después de haber destituido horas antes al fiscal que había pedido su imputación en la investigación del asesinato del presidente Jovenel Moise, el pasado 7 de julio.
Liszt Quitel, quien ya ocupa la cartera de Interior desde el 20 de julio, fue nombrado ministro interino de Justicia y Seguridad Pública, en reemplazo del destituido Rockfeller Vincent. El recambio ministerial se produce en un momento de particular agitación en Haití, a más de dos meses del asesinato del jefe de Estado en su residencia privada, en plena noche, por un comando armado.
El secretario general del Consejo de Ministros, Renald Lubérice, también renunció a su cargo, con una grave acusación contra Henry, a quien denunció por no querer ayudar a la justicia en su investigación para esclarecer el caso.
"No puedo permanecer en la Secretaría General del Consejo de Ministros bajo la dirección de una persona nombrada por Moise, que ha sido acusada de su asesinato y que no tiene intención de cooperar con la justicia", aseguró Lubérice. Paralelamente, el comisario del gobierno de Puerto Príncipe, que cumple funciones equivalentes a las de un fiscal, pidió al juez encargado del caso que inculpara a Henry.
Se trata de Bed-Fort Claude, que había escrito el viernes pasado al actual jefe de gobierno, invitándolo a presentarse voluntariamente ante la fiscalía para explicar el contenido de las llamadas telefónicas que supuestamente mantuvo con uno de los principales sospechosos del asesinato, Joseph Félix Badio, ex directivo de la unidad de lucha contra la corrupción del Ministerio de Justicia.
Badio habría sido geolocalizado en el barrio donde se encuentra la residencia privada de Moise cuando tuvieron lugar las llamadas realizadas a Henry, a las 4:03 y a las 4:20 de la madrugada del día de magnicidio. El sábado último, el primer ministro, en la cuerda floja, denunció el planteamiento del fiscal y lo calificó de constituir una distracción.
Por su parte, el juez haitiano Garry Orélien, que investiga el magnicidio, entrevistó durante esta semana a varios sospechosos de cometer el asesinato, quienes permanecen arrestados en la Penitenciaría Nacional. "Las audiencias ya comenzaron, pero la información aún es secreta porque forma parte de una investigación en curso; esperamos que el juez sea capaz de llegar a alguna conclusión luego de los interrogatorios", dijo Aspil Magoire, del Colegio de Abogados de Puerto Príncipe.
Orélien entrevistó a Dimitri Hérard, ex comandante de la Unidad General de Seguridad del Palacio Nacional, una figura clave en la trama del magnicidio y una de las últimas personas que habló con el mandatario pocos minutos antes de su asesinato, a manos de un comando armado. El magistrado también se reunió con Paul Eddy Amazan, responsable de la Unidad Contraemboscada, cuya función es proteger la vida del presidente y su familia, aunque los abogados se negaron a brindar información del encuentro.
Orélien, además, realizó audiencias de otros presuntos implicados y citó para el próximo lunes a la ex primera dama Martine Marie Etienne, testigo presencial de los hechos. La destitución de Vincent ocurre en un momento en el que el primer ministro ha recibido el apoyo de la comunidad internacional, que durante mucho tiempo ha permanecido en silencio ante esta crisis política.
Diplomáticos del Grupo Central, que incluye a representantes en Haití de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y las embajadas de Brasil, Canadá, Francia, Alemania, Estados Unidos y España, se reunieron en la noche del miércoles con Henry y emitieron un comunicado en su apoyo.
Haití, ya plagado de pobreza extrema, se ha sumido en una crisis humanitaria tras el fuerte terremoto que devastó el sudoeste de la isla el 14 de agosto, causando la muerte de más de 2.200 personas.