El desmantelamiento de la accidentada central nuclear de Fukushima-1 podría tardar 40 años, según un informe elaborado por el Ministerio de Industria de Japón y la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), operadora de la planta.
De acuerdo a el calendario que marca el informe, al que tuvo acceso la televisión estatal NHK, el desmantelamiento de la central se llevará a cabo en tres fases. En la primera, que comenzará en abril de 2012 y acabará en marzo de 2015, se trasladarán las barras de combustible gastadas desde las piscinas de los reactores hasta un depósito temporal.
Además, se intentará localizar el origen de las fugas de agua contaminada de las vasijas de contención de los reactores, que en algunos casos llegó hasta el océano Pacífico.
En la segunda fase, que se llevará a cabo entre 2015 y 2021, se repararán las vasijas de contención y se llenarán de agua para contener la radiación que emanan.
Esta es la fase más delicada del proceso, ya que no tiene precedentes, por lo que con anterioridad se introducirá una cámara submarina para comprobar el estado del núcleo de los reactores, que en el caso del uno y el tres está parcialmente fundido, según despacho de Europa Press.
En la última fase, que comenzará en 2022, los ingenieros empezarán a retirar el combustible fundido de los reactores y de las vasijas de contención, en una operación muy complicada, debido al reducido espacio para maniobrar y a los altos niveles de radiación.
Está previsto que el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, declare el viernes el apagado en frío de los seis reactores de Fukushima-1, lo que supone el éxito de la segunda fase del calendario para estabilizar la central nuclear.