Cinco días después de haber provocado todo tipo de especulaciones, el imprevisible Elon Musk da marcha atrás. El hombre más rico del mundo no se sumará al consejo de administración de Twitter, según ha confirmado la noche de este domingo el consejero delegado de la red social, Parag Agrawal.
“El nombramiento se iba a hacer oficial el 9 de abril, pero esa misma mañana Elon nos compartió que no se sumaría. Creo que esto es bueno”, ha compartido Agrawal, máximo ejecutivo desde finales de 2021. El lunes se reveló que el dueño de Tesla y SpaceX se convirtió en el principal inversionista de Twitter tras comprar el 9,2% de las acciones. Un día después, la empresa le ofreció un asiento en el órgano corporativo. Musk ha respondido a la noticia en su versión de trol: con un emoji de una cara que se tapa la boca. El gesto de quien hace una travesura.
El consejero delegado no ha explicado los detalles que llevaron al repentino cambio. “Estábamos emocionados de colaborar y teníamos claros los riesgos”, ha señalado en un breve texto que también ha sido compartido con los empleados de la red social. “Siempre hemos valorado las aportaciones de nuestros accionistas, estén o no dentro del consejo. Elon es nuestro principal accionista y seguiremos abiertos a sus opiniones”, ha añadido Agrawal.
El ejecutivo, quien relevó en el cargo a Jack Dorsey, fundador de la empresa, celebró el martes la llegada de Musk al consejo, una posibilidad que fue discutida con él durante cuatro semanas, desde que el magnate desembolsó 2.400 millones de dólares para hacerse con 73.5 millones de títulos. El monto de acciones compradas era cuatro veces mayor que el paquete de acciones que sigue en manos de Dorsey. “Nos quedó claro que su incorporación sería muy valiosa”, tuiteó entonces el CEO, quien dijo que la llegada del empresario tecnológico, un “creyente apasionado e intenso crítico”, era justo lo que necesitaban. Musk respondió ese mismo día que deseaba trabajar con todos los ejecutivos para mejorar Twitter “en los próximos meses”.
Musk demostró en pocas horas que no sería un accionista pasivo. Sometió a sus 80 millones de seguidores a una encuesta para determinar si era necesario un botón de editar, uno de los reclamos más añejos de los usuarios y al que la empresa se había resistido durante años. Triunfó el sí y Twitter confirmó que estudiaba su implementación, pero que esta decisión no se desprendía de la consulta. También explicó que una función beta permite editar mensajes 20 segundos después de publicados en el modo Blue (de pago). “No es demasiado útil. Yo la apagué”, tuiteó Musk este sábado. Y compartió otra opinión: “El poder de las corporaciones de dictar las políticas se refuerza si Twitter depende de ingresos publicitarios para sobrevivir”.
De 14 tuits que el dueño de Tesla lanzó o retuiteó el sábado 10 se los dedicó a la red social. “¿Se está muriendo Twitter?”, preguntó en uno de ellos, tras sugerir una pérdida de influencia de la red social porque Justin Bieber y Taylor Swift apenas usan la plataforma de microblog. En otro, recurrió a otra encuesta en la que preguntaba si las oficinas centrales de la compañía en San Francisco deben ser reconvertidas en un albergue para los sin techo “ya que nadie va allí, de todas formas”. Con casi dos millones de votos, el sí se impuso nuevamente.
El empresario ha dedicado buena parte de la semana a disparar contra la empresa donde ha hecho su más reciente inversión. Recientemente, criticó la política de contenidos de Twitter, que expulsó a Donald Trump a inicios del año pasado tras el asalto al Capitolio por parte de algunos simpatizantes del republicano. La empresa, como otros gigantes de Silicon Valley, ha reforzado la moderación de contenidos y la censura de mensajes radicales de la extrema derecha. Este sector tenía esperanza de que Musk revirtiera este castigo tras su llegada al consejo. Y había obligado a que la empresa se posicionara a la defensiva aclarando que ese tipo de cambios no los tomaban los inversores ni el órgano corporativo.
“Habrá distracciones adelante, pero nuestras metas y prioridades siguen siendo las mismas”, ha dicho la noche de este domingo Agrawal, quien ha pedido a sus empleados ignorar el “ruido” y enfocarse “en lo que se está construyendo”.