Anna Sorokin, la falsa heredera condenada en 2019 por estafar a la élite neoyorquina, a bancos y robar un jet privado, será deportada a Alemania, después de que en marzo de 2021 fuese arrestada por las autoridades migratorias al haber sobrepasado el tiempo de estancia que permitía su visado. Así lo publican medios estadounidenses, entre ellos The New York Times, donde se asegura que, según varios amigos de Sorokin que pudieron hablar con ella este lunes, la orden se ejecutará de manera “inminente”.
“Ella no esperaba esto”, asegura al diario estadounidense Blake Cummings, quien gestionó la cuenta de Instagram de Sorokin durante su detención. Por su parte, su abogado defensor se ha negado a hacer comentarios al respecto y un portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas no ha respondido a preguntas sobre la deportación inminente, pero ha asegurado que la estafadora rusa aún se encuentra técnicamente bajo la custodia de las autoridades migratorias.
Nacida en Rusia, Anna Sorokin, que llevó a cabo sus fraudes bajo el nombre de Anna Delvey, se mudó a Alemania a los 15 años, donde aún vive su familia. A los 19 se independizó para estudiar moda en París y en 2014 se había trasladado a Nueva York, donde a menudo se alojaba en hoteles de lujo sin pagar las facturas, tal y como se demostró más tarde en el juicio en el que se la juzgó por estafa. A sus veintipico años —ahora tiene 31—, la joven se codeaba con la élite de Manhattan, aunque en una entrevista anterior en The New York Times, durante su estancia en prisión, ella aseguró que nunca dijo ser una rica hederera alemana.
Con la excusa de crear una fundación con su nombre falso para el desarrollo del arte privado, Sorokin pidió decenas de millones de dólares para el proyecto, y durante un tiempo, los bancos y los fondos de cobertura aceptaron sus solicitudes sustentadas en datos financieros falsos, según los fiscales. La trama llegó a su fin en 2017, cuando la supuesta rica heredera —cuyos padres eran en realidad camioneros— fue detenida después de no pagar la cuenta de un almuerzo en un hotel por un valor de 200 dólares y declarada culpable de estafa en 2019, aunque solo cumplió cuatro del máximo de 12 años a los que fue condenada a prisión.
Desde hace un año, cuando fue arrestada de nuevo, esta vez por motivos migratorios, la timadora ha luchado contra su deportación y ha arremetido contra el sistema estadounidense. “Es depredador, estás preparado para el fracaso”, dijo, en una entrevista el mes pasado, señalando que muchas personas no pueden pagar representación legal y lamentando que no exista un buen programa de reinserción para estafadores. “Hay programas para personas con drogadicción y para agresores sexuales, programas para reclusos violentos… pero no hay absolutamente nada para delitos financieros. Hice un cursillo de cocina. Esto ya te dice algo sobre el sistema”, afirmó.
La historia de Sorokin ha llegado a la ficción en forma de miniserie de la plataforma Netflix y bajo el título de Inventing Anna. Una producción por la que la rusa, según algunos medios como Insider, recibió 320.000 dólares, alrededor de 290.000 euros.